Edición 668 - Desde el 8 al 21 de agosto de 2008
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Venezuela profunda

Dos académicos venezolanos visitaron nuestro país: la profesora Iraida Vargas-Arenas, doctora en antropología de la Universidad Central de Venezuela, y el profesor Mario Sanoja, doctor en antropología, académico titular de la Universidad Central de Venezuela y titular de la Academia Nacional de la Historia. Ambos son autores de importantes obras y una significativa cantidad de notas y artículos académicos. Participan activamente en el proceso de la revolución bolivariana, en medio de constantes polémicas con colegas y personeros de los sectores medios que se oponen al presidente Hugo Chávez. Examinan con alguna distancia la marcha de los cambios en su país para asegurar objetividad y facilitar el diálogo y la interlocución con sectores que desconocen la situación de Venezuela.
PF conversó con ellos.

 

Doctora Vargas, hablemos de soberanía. Su contenido está cambiando por los procesos de integración, por el papel de las transnacionales y la nueva concepción de democracia que se está imponiendo.
“Este es para mí uno de los temas centrales del debate político y social. ¿Qué es hoy exactamente la soberanía, que tradicionalmente se ha asociado a la idea de Estado-nación, aislado de otros Estados, y que debe ser defendido en su espacio territorial como elemento sustantivo de su identidad? En Venezuela, donde la Constitución consagra una democracia participativa y protagónica, se está poniendo en práctica una idea que no es solamente la soberanía de la que hablaba Rousseau, sino la idea que la soberanía es activa: reside en el pueblo que debe ejercitarla de manera activa. Una concepción que implica un cambio profundo. Ya no es la soberanía en que el Estado representa al pueblo que, a su vez, delega la soberanía en sus representantes.
La idea de soberanía activa hace una distinción clara entre los agentes de la soberanía y los que la preservan. Por ejemplo, la noción de que parte central de la soberanía reside en la defensa del territorio por una fuerza armada responsable de su integridad, choca con una práctica social que se está dando aceleradamente que tiende, sin embargo, a una organicidad, en el sentido de que la soberanía la ejerce el soberano en búsqueda de la expresión de una voluntad directa, prescindiendo de la representación. Se busca una democracia directa de todo el pueblo, entendida como una unión de los agentes tradicionales del Estado -como serían las fuerzas armadas-, con el pueblo.
Se habla de que la soberanía la defiende la unión cívico-militar. Y se ejerce en espacios locales, desde el nivel más básico, de una manera cotidiana que se expresa de manera cultural. Se pensó que el ejercicio de la soberanía requiere de una conciencia de ciudadanía por parte del pueblo, y grandes sectores del pueblo habían sido excluidos de esa condición ciudadana. Para las primeras elecciones después del triunfo del presidente Chávez se realizó la llamada ‘misión de identidad’ que entregó cédulas a más de cinco millones de personas que no existían en términos plenamente legales. No eran ciudadanos. Podría dar otros ejemplos, pero esta visión de una soberanía practicada en vez de una soberanía decretada, es un elemento fundamental hoy, en Venezuela”.

LOS CONSEJOS COMUNALES

¿Cuál es la estructura básica del ejercicio ciudadano?
“La estructura básica es la comuna. Se integran en consejos comunales, y estos consejos en federaciones de consejos, que cubren horizontalmente todo el territorio nacional. La comuna es algo un poco más amplio que la junta de vecinos de Chile, porque implica comunidad de intereses, territorio, nexos parentales, de adhesión, etc.
En todo caso, sostengo que las comunas preexistían a su definición teórica. Las redes transversales preexistían y han sido mecanismos incluso de supervivencia para los sectores más desposeídos en un Estado burgués que los excluía. Una situación que se agravó en los últimos 50 años. El Estado no se preocupaba de ellos ni siquiera en asuntos estrictamente básicos, como alimentación, vivienda, agua, atención de salud. Como si hubiera sido una población inexistente, invisible.
En la comuna existen nexos biológicos de parentesco, nexos solidarios, de adhesión, de transversalidad que se extienden a otros individuos dentro de la comuna. Hemos conceptualizado esos nexos como herencia de elementos indígenas y africanos, fundamentales en la formación de los sectores populares en Venezuela. De la parte indígena viene la familia extensa, que era el soporte de las sociedades originales. En la parte africana, generalmente esas estructuras eran dirigidas y sostenidas por mujeres cuya relación con los hombres es eventual, coyuntural, casi siempre transitoria. Son estructuras con formas solidarias muy importantes, como acumulación de salarios manejados por las más ancianas o ampliación de parentescos por adhesión”.
Por lo que usted dice, ¿es mayor que en otras experiencias la participación de la mujer en el proceso revolucionario?
“Creo que sí. Hice un trabajo que se llama ‘Revolución bolivariana con rostro de mujer’ porque es algo que llama la atención, especialmente a los que nos interesamos por los aspectos antropológicos y sociológicos. En las manifestaciones y en la participación en elecciones, en Venezuela se advierte mucha presencia de mujeres. A veces en relación de ocho mujeres por dos hombres. Y no solamente en los sectores que apoyan el proceso. También entre los que lo atacan o que son opositores. Influye mucho lo ya dicho, que el hombre ‘va y viene’, mientras lo constante en la familia es la mujer.
Son estructuras matricéntricas, son las mujeres las que sostienen el hogar, las que lo dirigen. Los hombres son, en cierto sentido, prescindibles. La constante es la madre, la abuela, la hija, la nieta o la prima, en un sistema diseñado por mujeres. Debo aclarar que esta participación femenina no es feminista. Al menos en los sectores populares. Con todo, en la Asamblea Nacional de Venezuela la participación de mujeres es del 40 por ciento. En el gabinete presidencial hay una importante cantidad de mujeres y un porcentaje cercano al 70 por ciento en los consejos comunales. De los cinco poderes del Estado -ejecutivo, judicial, legislativo, poder moral y poder contralor-, los tres últimos están dirigidos por mujeres.
La Constitución venezolana reconoce los derechos de mujeres y hombres, propugna la igualdad de género. El presidente Chávez ha impulsado los planteamientos feministas, que son liberadores, y poco a poco éstos se van extendiendo. Yo he sostenido que si hay socialismo, tiene que ser un socialismo feministas. Si no, no es socialismo, y cada vez más me convenzo de eso”.

Desafiando al imperio

Profesor Sanoja: frente al comportamiento agresivo de Estados Unidos como potencia dominante, ¿cuál es la orientación de la revolución bolivariana?
“Hay que partir por algo fundamental. Hasta 1998, Venezuela era prácticamente una colonia de Estados Unidos. La clase política de la IV República actuaba como un empleado de la potencia hegemónica. Eramos algo así como otro Puerto Rico.
Tampoco debe olvidarse que hubo importantes intentos para que Venezuela fuera independiente. No sólo de civiles, especialmente de los partidos de Izquierda. También de militares. En 1944, el presidente Isaías Medina Angarita, un general, trató tímidamente de crear una nueva ley petrolera que daba mayor participación al Estado en la renta del petróleo. Hizo, además, algo que significaba un anatema: legalizó al Partido Comunista y empezó a establecer vínculos con la Unión Soviética. Había en el ejército un movimiento nacionalista significativo. Desde los años 30, en que jóvenes oficiales venezolanos comenzaron a formarse en la Escuela Militar de Chorrillos, en Perú, donde había una logia militar nacionalista.
Se fue diseñando un proyecto nacionalista antimperialista que concebía a Venezuela como una potencia media, basada principalmente en sus riquezas básicas: petróleo, hierro y acero. Medina fue derrocado por Acción Democrática, un partido con gran apoyo popular y por militares, liderados por el coronel Marcos Pérez Jiménez. Poco después, Pérez Jiménez se transformó en dictador. Entretanto, se fue produciendo entre los militares una diferenciación entre los nacionalistas de derecha, anticomunistas, y los nacionalistas de Izquierda. Estos últimos atraviesan por distintas etapas que culminan con el triunfo de Chávez. Todo esto indica que en las fuerzas armadas ha habido debate político desde hace mucho. Favorecido por la extracción social de los militares, que mayoritariamente provenían de las clases populares. Los hijos ingresaban a las fuerzas armadas para mejorar las condiciones de vida familiares y ascender en la escala social.
Ha sido una lucha que no ha terminado. Ahora, sin embargo, se ha plasmado un proyecto cívico-militar de verdad, ayudado por el hecho de que gran parte de la oficialidad tiene estudios superiores no militares: economía, administración, ciencia política, sociología, etc. Hay en marcha diferentes misiones sociales, políticas y económicas que deben coordinarse por una Misión de Misiones. Hay que pensar en maximizar logros y para ello, como diría Simón Rodríguez, el maestro de Bolívar, tener capacidad de comprender, inventar, encarar errores, y especialmente articular premisas ideológicas y culturales coherentes, que garanticen la viabilidad e inspiren la gestión político administrativa y, en el fondo, el apoyo y la fuerza del pueblo para enfrentar las amenazas externas e internas.
Venezuela tiene una evidente proyección hacia el Caribe y su presencia es un factor gravitante, que también ayuda al desarrollo de otros países. PDVSA se ha transformado de empresa capitalista en una empresa socialista, con enormes redes sociales que tienen que ver con apoyo a la producción, prestación de servicios, suministro de insumos, mantención, etc. Esas redes sociales de pequeñas y medianas empresas, son ahora cooperativas. Y ese mismo sistema se trabaja en otros países del Caribe, por ejemplo en Nicaragua, donde se creó una empresa especial para recibir y procesar el petróleo que se envía desde Venezuela y existe una red cooperativa creada por los alcaldes para preocuparse de su distribución y venta. Como ve, hay otra versión de la política que tiene mucha importancia no sólo en el plano interno sino también en la política exterior”.

LAS AMENAZAS DE INVASIÓN

¿Hay posibilidades de una invasión norteamericana a Venezuela? O Estados Unidos prefiere la utilización de técnicas semejantes a las que utilizó en Chile contra el gobierno del presidente Allende...
“Evidentemente existen ambos peligros. La agresión es una posibilidad cierta que puede adoptar formas distintas, puede ser directa o a través de otro país apoyado por los norteamericanos. Y para eso se trabaja con el criterio de la defensa como responsabilidad de todo el pueblo.
Pero hay que tener presente, también, que ya intentaron el golpe en 2002. La respuesta fue una gigantesca movilización popular que cerró el paso a los golpistas que, con todo, mantuvieron durante tres meses al país en vilo, con un lock out patronal que causó muchos daños y sacrificios. El paro produjo una brutal escasez de artículos esenciales, como alimentos, combustible, agua embotellada, artículos de limpieza, y un gravísimo problema de transporte. El paro patronal y del comercio hizo emerger el Mercal, un sistema de producción y distribución de bienes de consumo. Mercal se ha convertido en una red de distribución y ventas superior a las redes privadas, tanto en precios como en calidad y disponibilidad de productos. Es una red que compite con los particulares y los derrota en su propio terreno.
Es cierto que Venezuela dispone de recursos para hacer adquisiciones masivas o montar en poco tiempo infraestructura o sistemas de transportes. Pero Chávez no es, como dijo Bush, solamente un ‘comunista con una billetera gruesa’. Lo que importa es que tiene el apoyo del pueblo, que no vaciló en hacer sacrificios para derrotar el paro patronal y exigía al gobierno que no cediera. Barriadas completas fueron abastecidas con criterio solidario y equitativo, de manera que lo poco que había llegaba a todos. En algunos lugares se sacó madera de casas, edificios y cercas para trozarla y convertirla en combustible que se distribuía a las familias con criterios de equidad. Hubo ollas comunes; sistemas de transporte improvisados, con motos, en los barrios populares. Llevaban gratis a los trabajadores para que no se paralizaran las industrias. Tengamos presente, en todo caso, que en estas redes solidarias no participa la clase media, los pequeños burgueses; no porque se les impida, sino por su ideología, por su oposición al gobierno, lo que les hace más difícil afrontar estas situaciones.
¿Por qué el presidente Hugo Chávez no saca a los militares y acaba con la resistencia opositora? Es una pregunta que se escucha a menudo. Creo que es porque es necesario que la misma gente se organice y derrote a los conspiradores. Durante el paro, los pobladores detectaban los lugares en que se acopiaba alimentos, las bodegas de los especuladores, rodeaban el lugar exigiendo los productos que estaban escondidos hasta que llegaban los militares o la policía y obligaban a entregar los bienes acaparados. Eran movilizaciones sin mayor organización, con liderazgos horizontales, que indicaban un crecimiento de la conciencia”.

LOS MILITARES VENEZOLANOS

¿Cómo se armoniza el funcionamiento de la sociedad civil, cada vez más democrática, con la organización militar y la mentalidad castrense, por esencia jerárquica, verticalista?
Doctora Iraida Vargas: “Creo que uno de los grandes cambios que se está dando es la articulación, en la horizontalidad de la base, de los civiles y los militares, que es decir entre los civiles, el Estado y su aparato represivo, que controla la violencia, la regula y la ejerce. En esta articulación, una de las primeras cosas fue la modificación de las funciones militares. Sin olvidar las funciones propias de la defensa del territorio y el enfrentamiento de posibles agresiones, se les asignaron funciones que tienen que ver directamente con la vida cotidiana de la población. Una vez un militar enfurecido me dijo: ‘Ahora nos obligan a vender papas’, lo que es parte de la verdad. Se les ha encargado de la producción, distribución y venta de los alimentos, lo que realizan en permanente contacto con las organizaciones populares.
En los consejos comunales también las fuerzas armadas tiene participación, así como la Guardia Nacional, especialmente en lo que tiene que ver con las llamadas ‘metas técnicas’, que se refieren a la solución de problemas que tocan directamente a la población: salud, educación, vivienda, etc. Si bien los consejos comunales se han militarizado en algún aspecto, también los civiles han podido acceder al conocimiento y práctica de las técnicas militares. Para sintetizar, diría que se mantienen los términos verticalistas y jerárquicos en la esfera de la defensa externa, y en el plano interno se democratiza la parte militar”.

HERNAN SOTO
(Publicado en “Punto Final” Nº 668, 8 de agosto, 2008)

 

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