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El caso cubano
Lucha contra la homofobia
MARIELA Castro Espín, directora del Centro Nacional de Educación Sexual de Cuba
En 1974, la Asociación Americana de Psiquiatría (APA) eliminó de su Manual de clasificación de enfermedades mentales los términos homosexualidad y bisexualidad. Con posterioridad, otras sociedades científicas adoptaron esta posición, que fue finalmente aprobada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) el 17 de mayo de 1990. Por tal motivo, se escogió esa fecha para conmemorar el Día Internacional contra la Homofobia y Transfobia.
Sin embargo, esta decisión no impidió que en muchas partes del orbe se practicaran todo tipo de tratamientos para intentar “ayudar” a lesbianas y gays, por lo que en el año 2000, la APA firmó una declaración que señala que “no existe evidencia científica” que apoye la eficacia de terapias reparativas para alterar la condición sexual, por lo que no están incluidas como tratamiento siquiátrico. Aún así, de los 192 países representados en Naciones Unidas, 80 tienen leyes que castigan la homosexualidad y en nueve llegan a aplicar la pena de muerte. A esto contribuye el hecho de que algunas entidades religiosas lo consideran una aberración.
En este contexto, Cuba, con el auspicio del Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex), institución docente, investigativa y asistencial en el área de la sexualidad humana, así como con el de otros organismos del Estado, gobierno y sociedad civil, desarrolla actividades educativas y culturales a favor del respeto a la libre y responsable orientación sexual e identidad de género.
Aunque son muchas las actividades que se realizan a lo largo de todo el año, el mes de mayo tiene mayor connotación. Muestra de ello fue la reciente jornada, la cuarta de su tipo, que bajo el lema “Diversidad es Humanidad” incluyó proyección de películas, debates, conciertos, exposiciones, encuentros de reflexión, mesas de información sobre prevención de infecciones de transmisión sexual, espectáculos de transformismo, conferencias y presentaciones de libros. La isla avanza en la lucha contra la homofobia (aversión, odio, miedo, prejuicio o discriminación, contra las personas homosexuales -lesbianas y gays-), que se ha hecho extensiva a otras expresiones de la sexualidad humana diferentes a la heterosexualidad.
Los seres humanos nacemos hembras y machos, pero devenimos hombres y mujeres a lo largo de la vida. Mediante la educación nos apropiamos de los patrones culturales impuestos históricamente, como guiones diferenciados y estereotipados que deben ser seguidos al pie de la letra para interpretar los papeles de uno u otro sexo en la aventura de la vida, señaló la licenciada Mariela Castro Espín, hija del presidente de Cuba, Raúl Castro, directora del Cenesex.
El propósito de esta descripción detallada de arquetipos es establecer desbalances de oportunidades que han privilegiado a los hombres en detrimento de las mujeres. Ellas, durante siglos, han sido exigidas como esclavas y sumisas servidoras en el modelo patriarcal y explotador dominante, el cual persiste hasta nuestros días. Las personas cuyas apariencias e identidades no concuerdan con las expectativas sociales o concepciones convencionales de estos papeles binarios, son rechazadas y pasan a una escala inferior de valoración social que les quita oportunidades y derechos, aseveró la especialista.
La experiencia de más de dos décadas de trabajo con personas lesbianas, gays, bisexuales y transgéneros (LGBT), desde el escenario científico-humanista del Cenesex, permite asegurar que si la sociedad no establece políticas comprometidas con la atención a estas realidades, estas personas serán víctimas permanentes de diferentes formas de violencia a lo largo de sus vidas, manifestó.
Derecho de lesbianas
y gays
Por ello, hemos pasado de un enfoque biomédico a uno de derechos, “que es lo que más importa en todo este proceso”, destacó Mariela Castro Espín, “aunque no hemos logrado penetrar el mundo de la siquiatría”, precisó. Sin embargo, algunos elementos han empezado a introducirse en el programa de formación de médicos y enfermeras de familia, aunque es difícil cambiar la mentalidad, que tiene ideas más asentadas en dogmas que en la ciencia, aseveró la especialista durante un panel titulado “Diversidad sexual sin discriminación”.
“No perdamos tiempo en averiguar por qué los seres humanos somos diversos e inimaginables. El solo hecho de existir demanda la necesidad de crear formas de convivencia respetuosas”, agregó. También se trabaja con los legisladores, y para ello el Cenesex promueve un decreto ley, en proceso de consulta, y modificaciones al Código de Familia y al Código Penal, referidas a la identidad de género y la orientación sexual. El objetivo es lograr que el Código de Familia recoja, entre otros, los derechos de las lesbianas, gays y bisexuales. De aprobarse, se reconocería además la identidad de las personas transexuales, sin que se requiera obligatoriamente de la cirugía de reasignación genital, informó el doctor Alberto Roque, especialista en medicina interna y colaborador del Cenesex.
Despatologización de la transexualidad
“Estamos comprometidos con el movimiento internacional por la despenalización de la población LGBT y la despatologización de la transexualidad”, indicó el profesional. Para ello, a propuesta de la Comisión Nacional de Atención Integral a Personas Transexuales, del Centro Nacional de Educación Sexual, la sección de diversidad sexual de la Sociedad Cubana Multidisciplinaria para el Estudio de la Sexualidad (Socumes) propuso, en su asamblea general de asociados de enero de 2010 en La Habana, la adopción de una declaración”, explicó el doctor Roque.
La declaración aboga por retirar a la transexualidad de la clasificación internacional de enfermedades mentales, especialmente en la actualización que será publicada en 2012 del Manual Diagnóstico y Estadístico, y de la clasificación internacional de enfermedades (CIE-10), de la Organización Mundial de la Salud. Y añade: “Teniendo en cuenta que todas las personas transgéneros -incluyendo transexuales, travestis e intersexuales- pueden ser vulnerables a la marginación y el estigma, debido al enfoque binario socialmente normado de reconocer sólo dos identidades de género: masculino y femenino; considerando que la transexualidad y otras expresiones transgéneros no son una opción por un estilo de vida, sino que responden a un derecho y una necesidad interior de vivir con la identidad de género a la que la persona siente pertenecer, y que la discriminación hacia estos grupos sociales causa daños físicos y sicológicos irreversibles que pueden llegar al suicidio, se rechaza la aplicación de terapias sicológicas reparadoras a personas transgéneros con el objetivo de revertir su identidad de género, y las cirugías de reasignación sexual a personas menores de 18 años”.
La transexualidad y otras expresiones de transgénero son parte de la diversidad sexual. Se les debe garantizar todos los tratamientos sicológicos, médicos y quirúrgicos que requieran para aliviar las alteraciones a la salud mental de esas personas, originadas en el estigma y la discriminación, señala el texto. Se reafirma además la aplicación de esos procedimientos dentro del respeto de los derechos sexuales de cada persona, congruentes con los principios bioéticos de autonomía y justicia.
La atención a las personas transexuales debe tener un carácter integral, que garantice el reconocimiento y respeto a los derechos de la persona, mucho más allá de la mera atención médica y sicológica. “La transexualidad sigue siendo patologizada, de ella saca mucho provecho la comercialización de la medicina”, explicó Mariela Castro. “No ocuparse de los malestares y las necesidades de esas personas les hace daño, pero hacerlo desde un lugar de poder, con intereses manipuladores y comerciales, hace más daño todavía”, señaló.
Cirugías de adecuación genital
La Comisión Nacional de Atención Integral a Personas Transexuales de Cuba ha atendido hasta la fecha más de 120 solicitudes y se han realizado casi una decena de cirugías de adecuación genital desde que, en 2008, el Ministerio de Salud Pública aprobara la Resolución 126, que norma este procedimiento.
Las operaciones continúan y debe destacarse que son gratuitas y se realizan mediante la aplicación de los protocolos médicos que toman en cuentan criterios de elegibilidad y aptitud, aseguró el doctor Roque, quien también preside la sección de diversidad sexual de la Sociedad Cubana Multidisciplinaria para el Estudio de la Sexualidad (Socumes). “Recientemente se realizaron satisfactoriamente las cirugías de mujer a hombre que teníamos pendientes. Estas son técnicamente las más complejas”, aseveró.
“Todo ello se realiza mediante la cooperación de cirujanos belgas, aunque se trabaja en el adiestramiento de especialistas cubanos”, declaró el doctor Roque.
La estrategia nacional se ha orientado a la educación y capacitación, para que la sociedad cubana comprenda “la necesidad de atender a las personas transexuales no sólo como un problema de salud, sino como un problema social y legislativo, que debe ser objeto de políticas sociales”, recalcó Mariela Castro. De ahí la importancia de profundizar y aplicar estrategias educativas referentes a la orientación sexual y la identidad de género en todos los niveles de enseñanza y en la población en general, según lo contemplado en el Programa Nacional de Educación Sexual, manifestó la directora de Cenesex.
Educación sexual,
política de Estado
Como parte de la política de trabajo del Cenesex se incluye el desarrollo de un programa nacional de educación sexual, un proyecto iniciado en Cuba hace más de cuatro décadas, que involucra a instituciones sanitarias, gubernamentales y políticas.
Avalado por su enfoque multidisciplinario, perspectiva de género y referente científico, el programa abarca no sólo la problemática de la mujer sino de toda la población, sin elementos de discriminación en las diferentes etapas de la vida y con énfasis en las nuevas generaciones. La escuela, las instituciones de salud, la comunidad y los medios de comunicación social han sido sus principales escenarios de influencia. Para ello se ha incluido la educación sexual en los programas curriculares de la docencia médica, de formación de pedagogos y sicólogos, y carreras del Ministerio de Educación, no como asignatura específica sino a través de las diferentes asignaturas, en los distintos niveles de enseñanza.
“Es indispensable que la educación sexual sea instaurada por los Estados y gobiernos en un marco político-legislativo que garantice su obligatorio cumplimiento”, asegura Mariela Castro. Sin embargo, aún cuando el continuo perfeccionamiento del programa en Cuba contribuyó a debilitar los cimientos de la cultura patriarcal, no ha logrado su total desaparición. Un área importantísima para que el trabajo fructifique es la comunicación social, garantizando que los periodistas sean adecuadamente formados para cubrir informaciones relacionadas con la educación sexual.
Prevención del VIH
La educación sexual en prevención del VIH/Sida en Cuba es otra de las áreas de labor del Cenesex, con particular énfasis, desde el año 2000, en las poblaciones trans y sexo diversas. Este trabajo está enmarcado en la Declaración de Yakarta, Indonesia, que en 1997 estableció una serie de necesidades en el campo de la salud y planes que las naciones deben desarrollar para tratar de corregir errores y fallas. Entre éstas destacan promover la responsabilidad social en temas de la salud, consolidar las alianzas estratégicas, ampliar las capacidades de las comunidades y empoderar al individuo.
Las acciones se desarrollan en las comunidades, y se apoyan en comisiones provinciales y municipales de educación sexual. Primero se hace un trabajo de identificación de necesidades casa por casa, con grupos focales, observaciones en sitios de encuentro y realizando video-debates. Así se detectan necesidades y requerimientos, para luego diseñar un programa educativo, respondiendo a las particularidades. Se trabaja el tema del VIH unido con el de la salud sexual y la sexualidad. Las principales interrogantes iniciales eran referidas al desconocimiento sobre la sexualidad en general, mitos frecuentes y temas propios de la población transexual.
Las consejerías anónimas -servicio especializado que funciona en cada una de las provincias de Cuba- tienen un papel decisivo en la educación sexual de la población, y en el apoyo a quienes resultan seropositivos. Su trabajo se centra en ofrecer información especializada y personalizada, ayuda sicológica y emocional, y, en caso de ser necesario, agiliza la aplicación de la prueba rápida de detección del virus. En Cuba, la epidemia de sida comenzó en la población heterosexual, pero ahora se sigue presentando en más del 85 por ciento en hombres que tienen sexo con hombres, constituyendo así el grupo más vulnerable.
VIVIAN COLLAZO MONTANO
En La Habana
Publicado en “Punto Final”, edición Nº 735, 10 de junio, 2011)
punto@tutopia.com
www.puntofinal.la
www.pf-memoriahistorica.org
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Punto Final
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