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José Comblin
La arremetida
del Opus Dei
SACERDOTE
José Comblin
Una visión crítica y descarnada de los
tiempos que se viven es la que entrega el sacerdote José Comblin,
aunque siempre con la certeza de que “al final, el imperio caerá
como todos los anteriores, y los oprimidos se liberarán gracias
a su lucha”. Eso, claro, a largo plazo.
Invitado por el movimiento Somos Iglesia, este teólogo de la liberación
y filósofo residente en Brasil dio charlas en Chile, conversó
con mucha gente y recibió fraternales homenajes con motivo de cumplir
80 años. También pasó unos días en Talca,
junto a su viejo amigo el obispo Carlos González Cruchaga -hoy
jubilado-, con quien trabajó entre 1972 y 1981.
La trayectoria de Comblin está muy ligada a las grandes luchas
políticas y sociales de nuestro continente. Nació en Bélgica,
se ordenó sacerdote y en 1950 se doctoró en Teología
en la Universidad de Lovaina. Luego viajó a Brasil, donde se dedicó
a la docencia y a la investigación. En 1972, la dictadura militar
brasileña lo expulsó del país y vino a Chile para
enseñar en la Facultad de Teología de la Universidad Católica...
Hasta que en 1981 un decreto de Pinochet le impidió reingresar
al territorio después de un viaje al exterior.
Su permanencia en Chile le sirvió para escribir un libro sobre
seguridad nacional; allí analiza a fondo la teoría y práctica
de la doctrina inspiradora de las dictaduras militares del Cono Sur. De
vuelta en Brasil, fue acogido por el arzobispo de Recife, Helder Cámara.
Es uno de los expertos en teología que participó en las
históricas conferencias de Medellín y Puebla. Hace dos años
publicó El neoliberalismo, ideología dominante en el cambio
de siglo, donde postula que la sociedad neoliberal “desintegra y
destruye cualquier comunidad”.
José Comblin sigue tan activo y polémico como siempre. Cree
que las cosas, tal como están, van para largo y que lo mejor es
mirarlas cara a cara.
En las actuales condiciones de neoliberalismo global y hegemonía
irrestricta de Estados Unidos, las perspectivas de los pueblos parecen
oscurecerse. ¿Existe, a su juicio, alguna salida en el mediano
plazo?
“No me parece que haya una salida inmediata o cercana, porque la
potencia norteamericana está alcanzando recién su poder
culminante. Estamos al principio de una larga marcha y el imperio puede
durar mucho tiempo, aunque surgirán competidores. Expertos señalan
que en 2030 China tendrá una economía más poderosa
que Estados Unidos. En una generación -25 años- sería
líder de todo el sudeste asiático y, junto con albergar
un tercio de la población mundial, actuará conjuntamente
con Tailandia, Malasia, Vietnam y Taiwán. Y tal vez también
con Japón. Será la cabeza del bloque más fuerte.
¿Qué harán los chinos? ¿Cuál será
su proyecto? ¿Qué modelo económico impulsarán?
Lo concreto es que ellos liderarán la oposición con un fuerte
poderío militar. Los Estados Unidos no serán siempre la
primera potencia. Se pueden prever adversarios que aspirarán algún
día a ser el número uno. El mundo verá la lucha entre
un imperio que se defiende y un imperio emergente. El día que Estados
Unidos pierda el liderazgo mundial y el dólar deje de ser la moneda
de intercambio global, comenzará el derrumbe. Entre tanto, lo que
pueden hacer los países pequeños es poco, sobre todo porque
culturalmente han asimilado el sistema neoliberal de tal modo que ni siquiera
buscan cambiarlo o, dicho de otro modo, ni siquiera se interesan por una
alternativa”.
¿No se esboza una alternativa en Brasil, con el presidente Lula?
“Sorprendente ha resultado para mí que el Partido de los
Trabajadores, después de tantas declaraciones y planteamientos
ideológicos -que hacían pensar que comenzarían a
diseñar un modelo alternativo- al llegar al poder continúa
exactamente la línea de Fernando Henrique Cardoso. La desigualdad
y el desempleo han aumentado. Este año hay 800 mil nuevos desempleados.
No se han creado puestos de trabajo nuevos, sino que ha habido una oleada
de despidos. Ha aumentado el trabajo infantil. Todos los indicadores sociales
se han deteriorado. Después de un año de gobierno, el PT
es claro que no pretende -y pareciera ni siquiera intentarlo- ser alternativa
de nada.
En ningún momento se ha planteado renegociar la deuda externa,
que asciende a 250 mil millones de dólares, mientras la deuda interna
es cuatro veces mayor. Los grandes bancos obtienen utilidades nunca vistas:
a los bancos les conviene prestarle al gobierno a altas tasas de interés.
El 40% del presupuesto del gobierno federal se va en pagar los intereses
de las deudas que tiene con los bancos. Por lo tanto, disminuyen los recursos
disponibles para gasto social y se reducen los recursos destinados a la
reforma agraria. Este año sólo veinte mil familias recibieron
tierras. Y se prometió que habría un millón de nuevos
asentados en el campo. Hace un par de semanas el presidente dijo que se
haría ‘la reforma agraria que fuera posible’.
El PT y los gobernantes están tan convencidos de que el modelo
neoliberal es el único posible que no imaginan ni intentan hacer
algo distinto. En todo caso, la única oposición que existe
está dentro del propio PT, en los amplios sectores desilusionados.
Y el único dirigente que critica es Leonel Brizola. Los demás
piden paciencia, y otros partidos de Izquierda pesan muy poco. El ‘partido
de los bancos’ es el más feliz”.
PODERES DEL
OPUS DEI
¿Cuál es la posición de la iglesia
católica brasileña?
“Tiene una posición crítica. Señala las falencias:
la reforma agraria no se hace, la cesantía aumenta, el gasto social
se restringe. La Iglesia, felizmente, sigue jugando un papel crítico.
El cambio conservador se hace con prudencia. Va despacito, pero va. El
episcopado se renueva, pero todavía están los viejos que
defienden posiciones duras. Los más jóvenes no se atreven
a oponérseles. Prefieren esperar que se vayan. Entonces, probablemente,
desaparecerán las críticas”.
El tema nos lleva al papel de la Iglesia, la curia vaticana y el período
que se abre con la sucesión del Papa. ¿Asume la iglesia
la existencia de una crisis en su interior, y en su relación con
el mundo?
“Hay una situación extraña. El Papa entregó
los mayores poderes a los fanáticos del Opus Dei, de los Legionarios
de Cristo y otros movimientos fundamentalistas, de enorme rigidez. Para
ellos, lo único que importa es afirmar la identidad católica
y conquistar el poder como método de evangelización. Eso
se refleja bien en América Latina: la iglesia mexicana está
en manos del Opus Dei y de los Legionarios de Cristo. En Perú ocurre
algo parecido y en otros países se multiplican los obispos del
Opus Dei. También están en puntos claves de la curia. Los
cardenales latinoamericanos que están en Roma, como Jorge Medina,
son de extrema derecha y no interpretan al conjunto de las iglesias del
continente. Aunque el Papa intentara tomar posiciones más avanzadas
o progresistas en algunos aspectos, la curia impone su interpretación.
En un discurso, Juan Pablo II tomó posición contra la guerra
de Iraq y al día siguiente el secretario de Estado, cardenal Angelo
Sodano, declaró que la intervención norteamericana no alteraba
de manera alguna la doctrina tradicional de la iglesia sobre la guerra
justa”.
¿Hay alguna posibilidad de que esta situación cambie, que
se altere el estatuto de monarquía absoluta vitalicia o que se
produzca una ruptura y , por ejemplo, las iglesias latinoamericanas -o
más ampliamente, las iglesias del Sur, donde está la gran
reserva del catolicismo- asuman posiciones de independencia?
“Las iglesias del Sur son las más sumisas. En América
Latina, si usted es ateo y reniega públicamente de Dios o critica
duramente, no pasa nada, no molesta a nadie. Pero si critica al Papa,
todos se escandalizan. Ni los ateos se atreven a criticar al Papa. Es
la figura del absoluto, del todopoderoso. En Europa y Estados Unidos es
muy diferente. No existe esta sumisión irracional, ciega, como
si se tratara de algo sagrado. La inmensa mayoría de la población
latinoamericana, sin embargo, no tiene idea de lo que el Papa dice o hace.
En tiempos de Paulo VI se nombró a algunos obispos que tenían
personalidad propia, capaces de decir algo distinto de lo que decía
el Papa el día anterior. Hoy, son meros repetidores. Nada de debates.
Los que podrían hacerlo, ya están viejos. En muchas diócesis,
a los religiosos y sacerdotes jóvenes los mandan a estudiar a Roma.
Allí aprenden a integrarse al sistema, con gastos pagados por el
Opus Dei o los Legionarios de Cristo. Hay miles de sacerdotes que se han
formado en la escuela de la repetición y el acatamiento”.
RELIGION
Y MARKETING
¿Influye esta situación en el alejamiento
de la iglesia de los sectores más pobres y en el crecimiento de
las iglesias protestantes en América Latina?
“El gran fenómeno es el crecimiento del pentecostalismo.
Pero hay que tener en cuenta que se está produciendo allí
un cambio importante. Hasta los años 75-80, los pentecostales mantenían
la impronta de su nacimiento producto de una renovación religiosa
de las iglesias cristianas históricas, a las que criticaban como
formalistas y rígidas. Fue una verdadera explosión de espontaneidad
religiosa. Ahora, hay neopentecostales influidos por los evangelistas
televisivos norteamericanos, que son fundamentalistas de extrema derecha
ligados al Partido Republicano. Se forman en torno al marketing y no estudian
teología, pero sí cómo vender su mercadería
y cómo ganar plata con la religión, que puede convertirse
en una gran fuente de ingresos. Se trata de manipular las emociones, los
anhelos, los sufrimientos. El tema central pasa a ser la celebración
de los milagros -sanaciones y otras cosas por el estilo que atraen gente-
en medio de un clima altamente emocional. El éxito ha sido de tal
envergadura que hasta la iglesia católica está entrando
en el camino del marketing. La principal estrella del catolicismo en Brasil
es el padre Marcelo Rossi, quien canta, baila y congrega multitudes. Vende
millones de discos. La religión, vista como marketing, excluye
toda forma de movilización y organización popular, como
también excluye toda apreciación crítica y toda práctica
madura de la religión. Favorece el irracionalismo y, en definitiva,
el inmovilismo social”.
¿Funcionan las comunidades cristianas de base?
“Funcionan donde los sacerdotes y los obispos las aprueban y estimulan.
Están disminuyendo, porque se ha producido un cambio mental y cultural
muy profundo. Si la comunidad organiza una reunión para discutir
algún tema social o para leer y analizar la Biblia, asistirán
unas veinte personas. En cambio, si organiza una noche de alabanza, una
jornada carismática, asisten fácilmente 500 jóvenes
que pasan la noche cantando, bailando y dando gritos de alabanza. Esa
es la sensibilidad que se impone. Y los pobres no van. Es un tipo de culto
en el que no hay reflexión ni preocupación por el futuro.
Impera la cultura de la fiesta, y eso lo captan muy bien los gobiernos
regionales y municipales. Entretanto, el sistema de educación está
cada día peor. Todo esto contribuye a una verdadera parálisis
social, que deriva en resignación.
Por cierto, no todo es negativo. Hay núcleos importantes, valiosísimos,
y no son pocos. Pero se sienten minoritarios y entienden que la muchedumbre
va en otra dirección. ¿Cuánto durará este
tiempo? Quién sabe. Puede que cambie cuando surja una nueva generación”.
RESISTENCIA AL ALCA
¿Cómo se ve en Brasil la oposición
al Alca?
“Se mantiene. Incluso, crece. Hay sectores muy importantes de la
burguesía cuyos intereses chocan con el esquema del Alca. Por ejemplo,
en la industria siderúrgica, que tiene amplias posibilidades de
crecimiento y se encuentra estancada por las medidas proteccionistas de
Estados Unidos. Sucede lo mismo con los productores de jugo de naranja,
impedidos de acceder al mercado norteamericano porque ese país
protege a los productores de Florida, estado clave en las elecciones parlamentarias
y presidenciales. Y algo parecido ocurre a los exportadores de carne,
cuero, zapatos, pollos, etc.
Otro gran problema es el de los subsidios agrícolas. Si se abren
las fronteras a la producción agrícola norteamericana, que
es enorme y está subsidiada, la agricultura brasileña comenzará
a desaparecer, como ha sucedido en México. Todos comeremos maíz
y trigo traído de Estados Unidos y se acabará la agricultura
local. Por eso hay bastante resistencia. Pero como contrapartida, el Alca
encuentra apoyo fervoroso entre los banqueros y las multinacionales. Luego
de las conversaciones de Miami es posible que Brasil adhiera a un Alca
casi vacío, ya que se han sacado de la discusión los problemas
duros. Lo único cierto es que nadie espera que EE.UU. haga alguna
concesión y renuncie al proteccionismo”.
TEOLOGIA
Y LIBERACION
¿Qué ha pasado con la Teología de
la Liberación?
“Están los viejos, la mayoría de entre 60 y 70 años.
Yo estoy fuera de serie, soy el más viejo. Todavía están
activos, pero diría que cada vez tienen menos discípulos,
porque con la política de enviar a seminaristas y sacerdotes jóvenes
a estudiar a Roma, hay un grupo cada vez más numeroso de simples
repetidores. Se ha seguido desarrollando, sin embargo, una ‘teología
femenina’ ya que las mujeres no pueden enseñar teología
en facultades y seminarios, como también les está prohibido
ocupar cualquier cargo importante. Su trabajo es interesante y valioso,
muy centrado en los temas del feminismo, pero aún no tiene un impacto
grande. Ocurre igual que con los pueblos indígenas, cuya emergencia
o irrupción es un fenómeno nuevo, pero carecen de un proyecto
global para la sociedad. Así, el propósito de independencia
no parece tener viabilidad, por falta de fuerzas. Los más conocidos
teólogos de la liberación tienen lectores y audiencia en
la gente de su generación y en los más cercanos a ella.
Pero hoy no es bien mirada... Porque es mejor no pensar. El Opus Dei no
necesita teología, porque el Papa ya lo ha dicho todo. Cualquier
reflexión pasa a ser peligrosa. Si la gente del Opus Dei empieza
a pensar por su cuenta, se acabaría el movimiento. Lo mismo pasaría
con los Legionarios de Cristo. La teología, como cualquier filosofía,
necesita de la provocación, de algo que promueva o impulse a la
reflexión. Si no pasa nada -y eso es lo que se quiere imponer-,
no hay para qué reflexionar”
HERNAN SOTO
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