Punto Final, Nº772 –Desde el viernes 7 hasta el jueves 20 de diciembre de 2012
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Homenaje contra el olvido

Bautista van Schouwen

 

Eran tiempos en que las convicciones revolucionarias exigían la fianza de la
propia vida. Sobre esa norma se construyeron los liderazgos de Miguel Enríquez Espinosa y Bautista Van Schouwen Vasey, fundadores del Movimiento de
Izquierda Revolucionaria (MIR).
Van Schouwen nació el 3 de abril de 1943 en el norte, en una oficina salitrera de Tarapacá donde su padre era ingeniero químico industrial. Luego, la familia se trasladó a Concepción y Bautista Van Schouwen ingresó al Liceo Nº 1 de Hombres, donde forjó una amistad -dura como roca- con Miguel Enríquez, también alumno allí. En 1961 ambos ingresaron a la Escuela de Medicina de la Universidad de Concepción. Militaban en las Juventudes Socialistas y junto con otros compañeros -muy pocos, en realidad- crearon el Movimiento Socialista Revolucionario, que planteaba la lucha armada como camino de los trabajadores para conquistar el poder.
La Revolución Cubana ejercía poderosa influencia en la formación política de los jóvenes latinoamericanos.
Miguel, Bautista y sus compañeros fueron expulsados del PS en 1964. Ingresaron de inmediato a la Vanguardia Revolucionaria Marxista y en agosto de 1965, participaron en la fundación del MIR.
En 1968, en una misma ceremonia ante el oficial civil, Van Schouwen se casó con Inés, hermana de Miguel Enríquez, y éste con Alejandra Pizarro. Ambos jóvenes trabajaban como médicos en servicios de neurología. Pero pronto abandonaron esa profesión para dedicarse por entero a la lucha política. Miguel como secretario general del MIR y Bautista, como miembro de la comisión política y director del periódico “El Rebelde” -y más tarde, de Radio Nacional-.
El golpe de Estado obligó a ambos revolucionarios -entonces de 30 años de edad- a pasar a la clandestinidad. Van Schouwen se ocultaba en el convento de los Capuchinos, en Santiago, pero fue delatado. Por su captura el régimen ofrecía una recompensa. El 13 de diciembre de 1973 fue detenido junto con Patricio Munita Castillo, militante del MIR, y el sacerdote Enrique White. Este último recuperó su libertad ocho días después.
Van Schouwen y Munita fueron asesinados. Sin embargo, “El Mercurio” publicó, el 21 de agosto de 1974, que Bautista estaba detenido
en un recinto militar. El 5 de octubre de ese año caía
Miguel en desigual combate.
Chile del futuro reconocerá en revolucionarios como Enríquez y Van Schouwen la semilla de la rebeldía que derrotó la injusticia.

(Publicado en “Punto Final”, edición Nº 774, 11 de enero, 2013)


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