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Pronostica nuevo presidente de la Fech
Terremoto social SE AVECINA
JAIME Zamorano Cruz, nuevo presidente de la FECH
Todavía no asumía la presidencia de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (Fech), cuando el gobierno anunció el acuerdo con los partidos de derecha sobre un nuevo proyecto de Ley Orgánica Constitucional de Educación (Loce). Para Jaime Zamorano Cruz está claro que el resultado de esa negociación política no contribuirá a mejorar la calidad de la educación y, peor aún, profundizará las inequidades y desigualdades. Por eso, afirma que uno de los grandes objetivos de las movilizaciones estudiantiles del próximo año serán los cambios de fondo que siguen pendientes en el sistema educacional chileno.
El nuevo presidente de la Fech tiene 25 años, cursa quinto año de ingeniería forestal y se define como dirigente de base e izquierdista sin partido (nunca ha militado). Fue dirigente secundario en el liceo Manuel Barros Borgoño y presidente del centro de alumnos de su carrera en los dos últimos años. Ahora preside la Federación, con su compañera de la lista Izquierda en Movimiento, Ursula Schüler, como vicepresidenta; Alvaro Isla, secretario general (de la lista unida de socialistas y comunistas); Jorge Barrera, secretario de comunicaciones (lista gremialista) y Leonardo Medel, secretario ejecutivo (lista del PRSD e independientes).
Ni el PPD ni la DC llevaron candidatos a esta elección de la Fech. “Deben haber palpado el sentimiento estudiantil. Hace poco, la presidenta Michelle Bachelet fue abucheada en la Escuela de Derecho. Eso es un reflejo de la molestia que existe hacia el gobierno por sus políticas educacionales”, comenta Jaime Zamorano.
¿Cuál es su posición ante el nuevo proyecto de Loce, fruto del acuerdo político entre la oposición y la Concertación?
“No hemos terminado aún de discutirlo en detalle. Pero en general nos parece inaceptable que se hable de un ‘pacto social’ que ha permitido este acuerdo, cuando los actores sociales directamente involucrados en educación no están con-siderados. Luego de la ‘revolución pingüina’ del año pasado, que dio lugar a la formación del Consejo Asesor de Educación, se deja nuevamente de lado a los estudiantes y se llega a un acuerdo político entre el gobierno y la derecha. Sabemos que la derecha tiene intereses de por medio, que está detrás de los colegios particulares y universidades privadas. Uno de los puntos más críticos para nosotros es el tema del lucro, y eso no está cuestionado. Ahora se le llama ‘emprendimiento privado’. Este pacto social no vela por el bien de la sociedad, sino por el bien de un sector minoritario”.
Supuestamente, habría mayor fiscalización sobre los “emprendimientos privados”.
“Una de las medidas que se plantea es que los colegios particulares reinviertan en el mismo establecimiento cierto porcentaje de los retornos o ganancias. Eso va a generar mayor desigualdad en educación, porque los colegios municipalizados no tienen esa posibilidad. O sea, aumentará la brecha de desigualdad que existe actualmente. Y esto no se solucionará con un mayor financiamiento del Estado. Además, ninguna de las medidas propuestas asegura una mejora en la calidad de la educación. Con la regulación que se pretende instaurar se incrementará el aparato burocrático, pero finalmente será lo mismo. No se recoge nada de lo que plantearon los estudiantes secundarios durante sus luchas del año pasado”.
LOS CAMBIOS SIGUEN PENDIENTES
Uno de los acuerdos del congreso ideológico de la DC fue terminar con el lucro en la educación, pero a la directiva parece que se le olvidó…
“Es una contradicción en la que cayeron varios partidos de la coalición de gobierno. El PRSD también planteó el fin al lucro pero llegó a acuerdo con la derecha para presentarle a la ciudadanía el ‘éxito del pacto social para mejorar la educación en Chile’”.
¿Servirá de algo la nueva Loce?
“Lamentablemente no se atacaron los puntos que fueron objeto de tantas críticas de distintos sectores.En mi opinión, es fundamental dejar el lucro fuera de la educación. Esa es la única forma de asegurar que las desigualdades, tanto en infraestructura como en calidad de la educación, puedan desaparecer. Otro aspecto central es el término de la municipalización, pues lo único que se ha conseguido hasta ahora es burocratizar la asignación y gestión de los fondos para la educación. Los colegios municipalizados deben pasar nuevamente al Estado.
Los colegios particulares pueden seguir funcionando como lo han hecho hasta ahora, pero hay que garantizar que la educación pública a cargo del Estado tenga el financiamiento adecuado, que mejore la calidad y que se trabaje con los actores sociales que participan en este proceso, como el Colegio de Profesores, centros de padres y apoderados, estudiantes y funcionarios”.
Sin embargo, lo más probable es que el proyecto pactado se convierta rápidamente en ley.
“Inteligentemente pusieron esto en la palestra en un momento en que es difícil que se haga algo para impedirlo. A estas alturas del año es muy difícil que los estudiantes secundarios y universitarios salgan a la calle. Saben que si lo hubieran hecho a mitad del año, habría quedado la escoba en el país”.
¿Qué se plantean a futuro al respecto?
“Ya comenzamos la discusión y se está empezando a conversar con dirigentes secundarios para, ojalá, contar el próximo año con un movimiento cohesionado y bien articulado que permita dar la pelea con mucha fuerza para que esto cambie definitivamente”.
ESTUDIANTES
Y SOCIEDAD
A su juicio, ¿a qué se debe el aumento de la votación que obtuvo su lista, Izquierda en Movimiento, en esta elección de la FECH?
“En parte, al trabajo que se ha desarrollado dentro de la universidad. En cierta medida se ha reencantado al estudiantado en relación con la finalidad social que tiene la ‘U’ en sí misma. Hemos desarrollado bastante trabajo social voluntario, que llamamos ‘operativos sociales’ y en los que participan estudiantes de distintas facultades. Tratamos de formar equipos multidisciplinarios que van a las comunas para relacionarse directamente con la gente de las poblaciones y de sectores socioeconómicos bajos. En el último operativo estuvimos en Villa Francia. Allí trabajaron estudiantes de Medicina, Odontología, Derecho, Veterinaria y de otras facultades, prestando asistencia, asesoría o dando charlas. Esto comenzó el año pasado en la comuna de Recoleta, se fue difundiendo entre diversas juntas de vecinos y ahora nos llaman de diferentes partes para ver si podemos hacer algo en conjunto. El próximo año pretendemos trabajar en la comuna de La Pintana, donde está mi Facultad”.
¿Qué le ha dejado, en lo personal, esta relación con pobladores y trabajadores, que viven una realidad muy distinta a la estudiantil?
“Yo vivo en una villa de La Florida, de sector medio o medio bajo. Tal vez estos trabajos me han acercado a una realidad un poco más extrema de la pobreza en Chile. Me han permitido ver el ímpetu, las ganas que tiene la gente de salir adelante y la falta de apoyo que muchas veces encuentran en la municipalidad o en el gobierno para lograr sus anhelos. Pretendemos reforzar esta interacción entre la sociedad y el estudiante universitario, creemos que en parte se ha perdido el interés en las luchas de los estudiantes por las cuestiones de interés nacional, debido a que no existen lazos que unan al estudiantado -sobre todo en el caso de nuestra universidad, que tiene una finalidad social importante- y la gente de las poblaciones. Esperamos que se desarrollen esos lazos de confianza y de credibilidad”.
El presidente saliente de la Fech, Giorgio Boccardo, destacó que se logró avanzar bastante en equidad social dentro de la universidad. Esto, principalmente por el aumento de las becas. ¿Qué otros medidas se han aplicado?
“Durante el primer semestre hubo movilizaciones por el alto nivel de endeudamiento de una gran cantidad de estudiantes de sectores medios y medios bajos, debido a la acumulación de intereses. Si bien los estudiantes del primer quintil están bastante cubiertos por beneficios de la universidad, la acumulación de deudas afecta principalmente en el tercer y cuarto quintil. Se buscó enfrentar la situación y ver la capacidad real de pago que tenían esos estudiantes, porque los sistemas de medición que existían en la universidad no permitían hacerlo. Las movilizaciones contribuyeron para que se firmara un acuerdo que incluía condonación de deudas en caso de morosidad justificada. Ya se solucionaron los casos de 2005 a 2007, y se están tramitando los casos de estudiantes que ingresaron antes de 2005”.
¿Va mejorando, entonces, la situación de inequidad?
“De todas maneras. Pero no es lo ideal. Pensamos que el Estado debe hacerse cargo del financiamiento completo de los estudios superiores de quienes se encuentran en una situación socioeconómica baja. Eso, como mínimo. El ideal es que las universidades que se dicen públicas sean completamente gratis y estén financiadas por el Estado, al menos en su funcionamiento básico. De los 150 mil millones de pesos que la Universidad de Chile necesita para mantenerse, solamente 30 mil millones provienen del gobierno. Ni siquiera alcanza para pagar la planta funcionaria y académica, para lo cual se necesitan entre 80 mil y 90 mil millones de pesos”.
EL TERREMOTO SOCIAL
QUE VIENE
Este año funcionó un consejo asesor integrado por estudiantes universitarios y representantes de otros sectores, con la misión de acordar una propuesta de reforma de la educación superior. ¿Qué ha ocurrido?
“Existe desconfianza hacia estos consejos asesores. Los dirigentes estudiantiles llevan la postura de las bases, pero entre discusión y discusión se va tergiversando, maniobrando y dando una orientación distinta. Al final, no se avanza en nada de lo que proponemos. Teóricamente, el consejo aún está funcionando. Pero hay mucha reticencia en el estudiantado. Incluso se está discutiendo salirse de esa instancia. Con mayor razón con lo ocurrido ahora en relación a la Loce. Es una demostración de que no se considera la opinión de los estudiantes”.
En un contexto más amplio, ¿qué opina de este gobierno?
“Creo que defraudó las esperanzas que tenían muchos ciudadanos que lo apoyaron. Se prometió un gobierno ciudadano y participativo, pero en los hechos concretos eso no se ve reflejado. La Loce, el Transantiago y muchas otras acciones que vienen del gobierno han generado disconformidad en la población”.
¿Por quién votaría en la próxima elección presidencial?
“La vez anterior voté por Tomás Hirsch y en la segunda vuelta anulé mi voto. Tendría que ser alguien de la Izquierda extraparlamentaria”.
¿Y cómo ve a esa Izquierda hoy?
“El proyecto del Juntos Podemos era bastante interesante. Pero la Izquierda pelea mucho en torno a pequeñas divergencias que a veces son matices, sin hacer hincapié en los grandes temas de convergencia. Eso es lo que debiera dar fuerza. No ha surgido un líder con la potencia de Salvador Allende, que logre hacer converger a todos los movimientos de Izquierda”.
Si en la Universidad de Chile se avanza hacia una mayor equidad, no ocurre lo mismo en el país. Y al no haber cambios reales en educación, se seguirán reproduciendo las desigualdades e inequidades sociales y económicas en nuestra sociedad. ¿Qué consecuencias puede tener esto?
“Hace algún tiempo que se comenzó a visualizar un estallido social de importancia en Chile. Se puede hacer un paralelo con los terremotos, que empiezan con movimientos leves, pero luego van subiendo en intensidad. Los estallidos de los secundarios, de los trabajadores forestales, de los subcontratistas de Codelco han sido como pequeños temblores, pero en algún momento va a venir el terremoto. Y creo que el gobierno no está haciendo nada para impedirlo. Al contrario, con las medidas tomadas en la última década se ha preparado el terreno para que se produzca un gran remezón”.
¿Qué visión tiene de Chile en el contexto latinoamericano, tomando en cuenta los avances progresistas a nivel de varios gobiernos?
“La visión que tienen nuestros vecinos es que somos una embajada gringa dentro de Sudamérica. Somos los que seguimos defendiendo fielmente al neoliberalismo, los que seguimos sin darle cabida a los movimientos sociales, mientras que en varios países se han elegido Asambleas Constituyentes o se avanza en ese sentido para lograr cambios radicales y democráticos. Nosotros seguimos entrampados, a pesar de tener una presidenta socialista”.
Como presidente electo de la Fech usted participó en una entrevista con el presidente Hugo Chávez, cuando vino a la Cumbre que se realizó en Chile. ¿Qué impresión le dejó ese encuentro?
“Para cualquier persona de Izquierda estar con un referente político como es él en la actualidad, debe ser lo mismo que haber estado con Fidel en los años 60. Me pareció una persona franca, sincera -lo que muchas veces molesta a quienes hacen política en forma tradicional-. Aquí se cuestiona mucho su gobierno, pero hay que considerar que vicios como la corrupción vienen de los anteriores gobiernos de Venezuela. Sin lugar a dudas es un líder para toda la gente de Izquierda, y un ejemplo a seguir. Tiene mucha experiencia, mucha labia… ¡Es un líder de los que hacen falta en Chile!”
PATRICIA BRAVO
(Publicado en “Punto Final” Nº 652, 23 de noviembre 2007)
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