Edición 649 - Desde el desde el 12 al 25 de octubre de 2007
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Faride Zerán, Premio Nacional de Periodismo

La batalla por el pluralismo

Autor: LUCIA SEPULVEDA RUIZ

Faride Zerán, Premio Nacional de Periodismo 2007, cuenta con una impecable trayectoria profesional ligada a la lucha por la defensa de la libertad de expresión. Directora y fundadora de la revista cultural Rocinante, hoy desaparecida, colaboró en medios como La Epoca, Análisis, Pluma y Pincel, Radio Tierra y Televisión Nacional, entre otros. En el acto oficial de dar a conocer el premio, Faride Zerán Chelech dedicó ese reconocimiento a sus colegas Diana Aron, Máximo Gedda, Augusto Carmona, José Carrasco y el estudiante Luis Durán Rivas, asesinados por la dictadura. Conversamos con ella en el Instituto de la Comunicación e Imagen de la Universidad de Chile, en el que se desempeña como directora desde 2003.
¿Qué representa para usted el Premio Nacional de Periodismo?
“Un honor y una gran responsabilidad, en tanto siento que me lo dan por una trayectoria, por una forma de ser y por una manera de plantearse frente a la libertad de expresión, el pluralismo y la diversidad. Eso, en definitiva, significa un desafío. No es una carta de jubilación, es una demanda que exige seguir en el periodismo independiente e intentar abrir nuevos espacios, intentar un país y una prensa más democráticos, más libertarios”.
Como creadora del Programa Interdisciplinario de Libertad de Expresión, ¿cuál es su diagnóstico en ese campo? ¿Qué ha hecho el gobierno de Michelle Bachelet al respecto?
“Desgraciadamente este gobierno no ha marcado diferencia. Ningún gobierno de la Concertación lo ha hecho en relación al tema del duopolio de la propiedad, en cuanto a la concentración de los medios. Más aún, en este gobierno se da una señal muy compleja. Se está produciendo la compra de una cantidad de emisoras radiales por el grupo español Prisa, un hecho muy grave. Estamos ad portas del control ya no sólo de la prensa escrita, sino también de los medios radiales, que son los que tienen mayor credibilidad. Lamentablemente, este gobierno, que se dice ciudadano, no ha asumido que la libertad de expresión es un derecho y una demanda ciudadana que va más allá de los periodistas, y que debiera ser objeto de políticas públicas”.
¿Existen en Chile instancias para evitar la concentración de los medios?
“No existen. Y si existen, han sido inoperantes. No han logrado evitar la concentración. Este es un país que está concentrado en su más amplia expresión, no sólo a nivel de los medios. La encuesta Casen habla de un millón de hogares que viven con empleos que están bajo el salario mínimo. Está señalando que hay un problema muy profundo”.

AVISOS DEL ESTADO

 

¿Qué relación tiene eso con la distribución del avisaje estatal?
“Iniciativas como la investigación de la Cámara de Diputados, la petición de Manuel Cabieses a la Fiscalía Nacional Económica, el informe de Fucatel, lo que hemos hecho nosotros en la Universidad, han contribuido en alguna medida a sensibilizar a algunos sectores del gobierno en este tema. Pero lo que me preocupa es que no veo una voluntad política o una comprensión cabal del tema que lleven al gobierno a hacer algo efectivo para evitar que el 90% del avisaje del Estado vaya precisamente a consolidar ese duopolio. Las autoridades dicen que están preocupadas, pero no hay una práctica que acompañe ese discurso. Creo que es tan fuerte el temor a violentar estas normas explícitas e implícitas de la economía neoliberal -del libre mercado que supuestamente es el que regula-, que finalmente todo juega en contra y no se generan acciones concretas”.
Aunque su Premio Nacional ha concitado amplio respaldo, un sector sostiene que su periodismo es trasnochado, que su razonamiento es paternalista, y que la revista “Rocinante” murió por aburrida.
“Sobre el periodismo que yo hago el jurado fue unánime en su valoración. El concepto de trasnoche, de nostalgia, lo están utilizando mucho -a falta de otros argumentos- en un sector que descalifica las reivindicaciones democráticas de carácter plural y libertario. Recuerdo haber leído una entrevista a Pablo Dittborn (gerente de The Clinic, N. de PF), en el Diario Siete, donde se interrogaba: ‘¿Qué quiere Faride, que el Estado la financie?’ No, yo no quiero que el Estado sea dueño de medios, ni que intervenga señalando lo que tenemos que decir, escribir, pensar o leer. No quiero eso. Pero sí pretendo que a través de políticas públicas, el Estado se haga cargo de que la ciudadanía goce de una sólida libertad de expresión. Y ha estado ausente. Esto no sólo lo pido yo. Hay informes internacionales que lo señalan. Descalificarnos es una manera ‘simpática’ de congraciarse con el poder. Detrás de eso también está el intento de algunos por diferenciarse de este discurso que les resulta incómodo, porque finalmente, el poder igual les pasa plata por debajo de la mesa. En último término, esos sectores que dicen que es el mercado quien regula, también reciben dinero, pero calladitos. Nuestra idea en cambio, es que las cosas se transparenten y que el Estado lo haga a través de políticas públicas y no a través del amiguismo”.
Como profesora de ética, ¿qué importancia le asigna a ese aprendizaje?
“La profesión de periodista tiene una impronta ética consustancial. Sin ética no existe periodismo. Sin normas y patrones éticos, de nada serviría nuestro trabajo. Por eso, la cátedra de Etica y Tratamientos Periodísticos la tienen los estudiantes que ingresan a primer año. La impartimos conjuntamente con Olivia Monckeberg. Como periodistas con un cierto bagaje, nos parece importante dialogar con los estudiantes, interpelarlos y hacerles ver que ésta es una profesión más compleja de lo que aparenta, que no es para hacerse famosos o ser el simpático de la tele o el payaso del show. Existe una fuerte responsabilidad social y un fuerte compromiso con la democracia, con las libertades públicas, y eso pasa por esta mirada ética”.

JUVENTUD REBELDE

 

A usted la han calificado de “salvadora” de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile. ¿Cómo ve a esta generación? ¿Qué piensa de la violencia juvenil que a menudo se expresa en el campus Juan Gómez Millas?
“Cuando hace diez años asumí la di-rección de la Escuela de Periodismo, formamos un equipo en que están Gustavo González, Loreto Rebolledo, Raúl Muñoz, Eduardo Santa Cruz, Sergio Campos y otros. No soy la ‘salvadora’. Somos muchos. Gracias a este trabajo conjunto y a una mirada común hemos logrado salir adelante.
En cuanto a la violencia juvenil, lo cierto es que la exclusión nos ronda. Lo que ocurrió el (…)

 

(Este artículo se publicó completo en la edición impresa Nº 652 de “Punto Final”, 12 de octubre de 2007. Suscríbase a Punto Final)


 

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