Las coimas de
mi general
Autor: MANUEL SALAZAR SALVO
Dos investigaciones judiciales por manifiestas irregularidades en la adquisición de 25 cazabombarderos Mirage Elkan y de 202 tanques Leopard I, en 1994 y 1998, en Bélgica y Holanda, respectivamente, están abriendo las compuertas de los negocios ilícitos efectuados por altos mandos militares coludidos con civiles, cuando aún permanecía la poderosa presencia del general Augusto Pinochet en las cúpulas de las FF.AA., en las décadas de 1990 y 2000.
El ministro de la Corte de Apelaciones de Santiago, Omar Astudillo, quien lleva el proceso por la compra de los aviones Mirage, indaga a lo menos cuatro delitos: cohecho, fraude al Fisco, malversación y negociación incompatible, cometidos por una intrincada red de proveedores, intermediarios y adquirentes que intentaron ocultar los ilícitos por medio de una urdiembre de transacciones bancarias en tres continentes.
Paralelamente, el Ministerio Público, a través del fiscal encargado de la Zona Oriente metropolitana, Xavier Armendáriz, y del fiscal jefe de Ñuñoa, Vinko Fodich, han estado reuniendo antecedentes desde 2007 sobre la compra de los tanques Leopard, diligencias que fueron reveladas a comienzos de mayo por El Mercurio, y que motivaron al ministro Manuel Antonio Valderrama, quien investiga el denominado Caso Riggs, a solicitar la inmediata remisión de los antecedentes acumulados por ellos.
Hasta ahora, las indagaciones buscan precisar quiénes y cómo recibieron cerca de 15 millones de dólares en coimas por la compra de los Mirage y unos 7,5 millones por la adquisición de los Leopard.
En el primer caso, el de los Mirage, las pesquisas judiciales y el minucioso reporteo de algunos periodistas han involucrado como protagonistas al ex comandante de la Fuerza Aérea de Chile y ex senador designado, general (r) Ramón Vega Hidalgo, y a varios integrantes de su familia; serían los principales receptores de los pagos ilícitos efectuados por agentes de los vendedores de los aviones belgas.
El periodista Luis Narváez ha seguido de cerca, en La Nación, el caso de los Mirage desde comienzos de 2007, viajando incluso a Bélgica en busca de antecedentes. Una completa historia del tema se puede revisar en www.lanacion.cl a través del buscador de esa página. Las indagaciones involucraron en las últimas semanas hasta al ex ministro de Defensa del gobierno de Patricio Aylwin (1990-1994), Patricio Rojas Saavedra y algunos de sus colaboradores, a los cuales una investigación periodística de Ciper Chile (www.ciperchile.cl), realizada por Sebastián Minay, relacionó indirectamente con el caso.
Los Mirage Elkan dados de baja por la Fach en 2007, semi desarmados esperan compradores en hangares del aeropuerto internacional de Santiago y en la base aérea de El Bosque. El estado de los tanques Leopard, por su parte, fue calificado “de carácter reservado” por la Subsecretaría de Guerra, en una respuesta a un oficio remitido desde la Cámara de Diputados.
La creciente exposición pública de las irregularidades en las adquisiciones militares indujo al general (r) Juan Emilio Cheyre, comandante en jefe del ejército en 2005, a explicar que a partir de 2000, en conjunto con el Ministerio de Defensa, se efectuaron profundos cambios en el sistema de compras de las instituciones armadas. “En ese proceso se cambió la elaboración de bases, formulación de proyectos, el registro de proveedores, los estudios de las propuestas y se crearon comités de evaluación de las propuestas y estudios de la asignación de recursos”, aseguró Cheyre a El Mercurio, agregando que ello formó parte de un proceso de modernización de la gestión e implicó una “despersonalización de la toma de decisiones”, en clara alusión al general Pinochet y a los mandos que le rodearon hasta marzo de 1998, cuando el ex dictador se acogió a retiro.
Efectos tangenciales
Casi coincidentemente con las explicaciones de Cheyre, el ministro de Defensa, Francisco Vidal, anunció la compra de 18 nuevos aviones F-16 MLU en Holanda. Pero esto fue desmentido de inmediato por un vocero del gobierno holandés, generándose una nueva polémica. Vidal citó a la Fach como su fuente, renovando las dudas sobre las verdaderas responsabilidades en la gestión y adquisición de material bélico por parte de Chile. Lo cierto es que la información ya era conocida en el ámbito del comercio de armas y fue publicada en la prensa internacional especializada. Se daba cuenta incluso de la firma de tres pre-acuerdos, según afirmó el 3 de mayo el analista Daniel Prieto Vial en carta a El Mercurio.
En esa carta, Prieto Vial tocó dos temas sensibles para las fuerzas armadas. Aseguró que los aviones holandeses que se pretende adquirir no traen sistemas aire-aire de corto alcance tan modernos y efectivos como los que poseen los F-5E o los primeros F-16 que se compraron nuevos. Estos misiles permiten al piloto designar sus blancos por el casco, orientándolos automáticamente a sus objetivos. Son muy ágiles, modernos y capaces. Sería interesante saber si la Fach trasladará esas capacidades o si se perderán para los F-16 de origen holandés.
Seguidamente afirmó que habría que modernizar la Ley Reservada del Cobre, ya que no provee recursos para operar, mantener o mejorar los sistemas adquiridos. La baja de los caza Mirage Elkan, los Mirage Pantera y ahora de los F-5E Tigre III tiene mucho que ver con las restricciones presupuestarias, ya que con los recursos corrientes no alcanza para volar, mantener y modernizar los aviones. Lo mismo les ocurre a la Armada y al ejército.
El anunció del ministro Francisco Vidal provocó inmediatas réplicas en Perú. La agencia de noticias DPA (alemana) informó que no sólo se trataba de la compra por parte de Chile de 18 aviones, sino de un paquete de 450 millones de dólares que incluía también tres radares fijos 3D para el control del espacio aéreo, plataformas fijas y móviles para misiles tierra-aire de gran alcance, 200 transportes blindados sobre orugas Marder A3, dos buques patrullas, aviones C-295 y otros.
La reacción fue instantánea: “Hay que decir las cosas como son: aquí hay una asimetría”, afirmó el ministro de Defensa peruano, Antero Flores Aráoz, explicando, eso sí, que su homólogo chileno había tenido “la gentileza” de informarle el 30 de abril sobre la adquisición de los aviones. No obstante, Flores Aráoz insistió en la necesidad de aumentar el presupuesto militar de Perú.
Los crecientes reclamos peruanos fueron respondidos el 7 de mayo por el canciller Mariano Fernández: “La sociedad civil ha cambiado. Hemos dado saltos tecnológicos cualitativos, y por tanto queremos unas Fuerzas Armadas profesionales y en un estado tecnológico óptimo”, declaró tras reunirse con el embajador de Estados Unidos, Paul Simons. La potencia norteamericana debe aprobar la transacción de aviones F-16 entre Chile y Holanda debido a que esas naves son de fabricación estadounidense. Consultado por agencias de noticias, Simons eludió comentar el fondo del tema, precisando que “no hay razones para preocuparse”, pese a las gestiones diplomáticas de Perú ante Washington para frenar la venta de las aeronaves a Chile.
La posible adquisición de armamento por parte de Chile tuvo inmediatas repercusiones en los foros especializados de Internet (ver www.casusbelli.com.ar, www.militar.org.ua y www.portierramaryaire.com). Se empezó a analizar (y especular) sobre las eventuales ventajas que los F-16 otorgarían a Chile en caso de un conflicto. Los comentarios de los foristas abordan también las potencialidades de los misiles, los tanques y otras armas en poder de las fuerzas armadas de Chile y Perú. Pero también se refieren, en términos no muy calmados, a situaciones que estarían ocurriendo en las zonas fronterizas y al escenario posible, si ganara la derecha las próximas elecciones presidenciales de diciembre en Chile y se impusiera un gobierno nacionalista en los comicios peruanos de 2011.
La huella de los tanques
En los tribunales de justicia chilenos, el ministro que investiga el caso Riggs, Manuel Antonio Valderrama, abrió un cuaderno reservado y calificó como “materia de investigación criminal” la indagación por presuntos pagos de comisiones ilegales por la compra de los 202 tanques Leopard a Holanda en 1998. Los pagos se habrían efectuado en cuotas periódicas hasta el verano de 2006, a una empresa ficticia en el exterior manejada por el albacea de Pinochet, Oscar Aitken, que sirvió para ocultar la fortuna del ex dictador.
Al mismo tiempo, el juez Valderrama pidió al Estado Mayor del ejército las nóminas de todos los (….)
(Este artículo se publicó completo en la edición Nº 685 de “Punto Final”, 15 de mayo, 2009 . Suscríbase a PF) |