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Vicepresidente de la Fech, Fabián Araneda:
“Debemos crear nuestra alternativa política”
Aunque no milita en partido político, el vicepresidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (Fech), Fabián Araneda Núñez (24), cree que ha llegado el momento de fundar una nueva fuerza que canalice las propuestas de los movimientos sociales y acerque la política a los intereses cotidianos. Le preocupa que ante la creciente movilización social, el Estado responda con prácticas represivas que tienen peligrosa similitud con las usadas durante la dictadura, e invita a todos los que tengan una posición anticapitalista a unirse en un proyecto común.
¿Cómo interpreta la actual crisis política?
“La gran abstención en las municipales (60%) demuestra el bajo interés ciudadano por participar en el sistema electoral. Las primarias no solucionan los problemas de fondo de la democracia chilena, que limita brutalmente los espacios de participación. Personas como Escalona, Walker o Quintana, a través de los consensos en la Concertación, han cerrado toda participación al pueblo. Ello sucede porque las diferencias entre los que manejan el poder se reducen, en el caso de la Concertación, a corregir algunos detalles para dejar lo fundamental como está.
En nuestro sistema electoral marcamos un voto cada cuatro años, para vernos nuevamente en cuatro años más. Una democracia debe crear espacios participativos, en que las personas tomen decisiones sobre los asuntos que les incumben, ya sea a través de representantes o en forma directa. Marcar el voto con la opción Asamblea Constituyente (AC) me parece bien y estoy de acuerdo con la idea de una nueva Constitución. Pero me preocupa que esta iniciativa termine hegemonizada y desvirtuada por la Concertación. De poco serviría tener educación gratuita si sigue en pie el modelo de mercado.
Existe un distanciamiento entre la política y la sociedad, los partidos se alejan de los intereses cotidianos de la comunidad. El movimiento social es crítico de la manera como se ha gobernado, profundizando el sistema; pero tampoco ha sido capaz de generar una alternativa política. Todavía existen visiones diferentes sobre lo que hay que hacer. El Partido Comunista y sus juventudes creen que hay que modificar esta institucionalidad desde adentro. Otros tenemos la convicción de que este sistema político es incorregible, y que hay que cambiarlo a través de una ruptura democrática que permita a las mayorías ejercer sus derechos políticos y sociales. Que sea el pueblo quien decida qué hacer con los recursos naturales, sobre una carga tributaria mayor a los más ricos u orientar el presupuesto de la nación a favor de las mayorías”.
FACTORES DEL CAMBIO
¿Cuál es el factor del cambio?
“El movimiento social se queja de que sus demandas son cooptadas por la Concertación. Pero el problema de fondo radica en que no existe una alternativa capaz de articular a las distintas organizaciones políticas y movimientos sociales detrás un programa social levantado por trabajadores, estudiantes, pobladores y otros movimientos sociales con una perspectiva anticapitalista. Es necesario que esa alternativa política nazca del seno del movimiento social. Que no quede reducida a personas con buenas intenciones o a grupos políticos que manejan visiones sectarias.
Los estudiantes somos una piedra en el zapato para la derecha por la radicalidad de nuestras demandas, pero aún tenemos que constituirnos, junto a otros, en una alternativa política ante un eventual nuevo gobierno de la Concertación, evitando que suceda lo que en los 90, cuando se desmovilizó a la sociedad organizada. Por eso estamos concentrados en fortalecer al movimiento social y en crear su expresión política”.
¿Hay alternativa electoral desde la Izquierda?
“Hay candidatos con propuestas muy parecidas entre sí, pero son perspectivas parciales. Roxana Miranda ha estado siempre en la lucha por la vivienda, Gustavo Ruz trabaja desde hace tiempo por la Asamblea Constituyente y Marcel Claude ha aportado mucho a nuestra causa desde el espacio intelectual. Pero sus propuestas no han sido debatidas ni concordadas con los movimientos sociales. Eso demuestra que no existe una perspectiva global; si la tuvieran, verían la necesidad de llegar a una primaria u otro mecanismo para concluir en una candidatura única de la Izquierda social. Aunque su postulación no surgió desde la base, Marcel Claude ha logrado hacerse presente en el debate, poniendo cuatro o cinco temas que interpretan al pueblo y están expresando el descontento con el sistema político”.
¿Han pensado en la posibilidad de una salida populista o incluso fascista?
“La historia demuestra que en un escenario tan incierto, puede surgir un candidato o candidata que, mediante tres o cuatro consignas, logre el voto de mucha gente y obtenga el gobierno. Podría ser una salida, aunque sabemos que esta opción sólo está destinada a mantener inalterable lo existente”.
REPRESION POLICIAL
¿Visualizan ustedes un aumento de la represión del Estado?
“Aunque desde 2006 Carabineros ha sido particularmente represivo, los estudiantes no habíamos tenido que lidiar hasta ahora con una represión policial como la ocurrida en la marcha reciente. Hubo secuestros por parte de civiles no identificados, incluso contra veedores de derechos humanos. Los autores resultaron ser miembros de las policías. Recibimos además denuncias sobre autos civiles, con patente policial, que acosaron a los manifestantes. Estamos en presencia de la misma represión que afecta de manera cotidiana al pueblo mapuche y la misma que se usó en la dictadura. Lo más grave es que ha ido en ascenso en la medida en que aumenta la protesta social.
El Estado es responsable de lo que está sucediendo, aunque observamos notorias diferencia de criterio en el actuar de sus agentes. Vimos una discusión entre policías y un fiscal, que pone en evidencia que Carabineros tiene un poder que sobrepasa la administración de justicia. Pareciera que incluso la policía está por sobre las decisiones que adopta el gobierno o que el Ejecutivo comparte la visión de un Estado policial, porque respalda incondicionalmente sus acciones. Ninguna de estas alternativas es positiva. Por eso, acusamos directamente al gobierno como responsable de la represión”.
¿Con qué estrategia buscarán los estudiantes contrarrestar la acción de las fuerzas conservadoras?
“A partir de las movilizaciones de 2011, los estudiantes nos hemos propuesto establecer alianzas con los trabajadores y otros sectores sociales organizados. Estamos bien encaminados, pero falta aún. Algunos actores confunden esta necesidad de hacer esta construcción desde el pueblo con la perspectiva del ‘gobierno ciudadano’. Ese concepto nos complica, porque es cortoplacista y muy funcional al sistema actual. Hay personas que opinan mucho, pero que no son rupturistas con el modelo de dominación. Otro factor que dificulta la coordinación radica en que pobladores, trabajadores, indígenas o ecologistas tienen tiempos distintos. El movimiento estudiantil es muy dinámico, pero también es cíclico; sube muy rápido y también disminuye muy rápido su actividad. El movimiento de trabajadores es más estable y se proyecta a más largo plazo.
No tenemos otra forma de avanzar que no sea la unidad de los distintos sectores que integran el activo social. En el movimiento de trabajadores existen muchas experiencias diversas, como la que se expresa en el Congreso del Nuevo Sindicalismo (Unión Portuaria, Confederación de Trabajadores del Cobre, Sindicato Nacional de Trabajadores de la Construcción, Confederación Bancaria) que son organizaciones con capacidad de movilización. También es destacable la acción de sectores que confluyen en la Mesa Social, dónde incluso participa el PC.
A los más radicalizados les cuesta actuar en el marco de la CUT. Pero tenemos que buscar formas de alcanzar la unidad. El 1º de mayo se generó una marcha paralela, criticada por los sectores tradicionales de la CUT, que aglomeró mucha gente en torno a la idea de un sindicalismo de clase. Esa idea tiene que seguir proliferando para superar el carácter burocrático asumido por la dirección del sindicalismo”.
MOVILIZACIONES A LA VISTA
¿Qué movilizaciones vienen?
“En el paro convocado para julio por la CUT, los estudiantes seremos activos participantes, en la perspectiva de convertirlo en un hito que permita ampliar la influencia del movimiento sindical en la vida cotidiana de los trabajadores y sus familias. Después queremos abrir un foco de discusión en torno a las candidaturas presidenciales y parlamentarias. Dialogaremos con las candidaturas de Izquierda. Respecto a la Concertación y la derecha, no tenemos mucho que conversar; aunque sobre la base de su poder mediático y popularidad, Michelle Bachelet puede darse un mayor espacio de interacción con los movimientos sociales. Sabemos que quienes manejan esa candidatura son políticos que se han negado a convocar a una Asamblea Constituyente y a quienes no les interesa abrir un espacio a los cambios políticos. Aprovechando su popularidad, Bachelet puede decir cosas y luego desdecirse; como cuando dijo que la educación no podía ser gratuita para todos y después sostuvo que sí”.
Un tema que emerge con fuerza es la desigualdad entre Santiago y las regiones...
“Hay que avanzar hacia la descentralización, traspasar recursos y poder político a gobiernos regionales electos por el pueblo. Los problemas que se viven en Magallanes, Aysén o Arica, no tienen relación con lo que sucede en la zona central de Chile. La gente de Santiago no entendía en 2011 porqué los magallánicos se movilizaban por el precio del gas. Para los que habitan en las difíciles condiciones que plantea el clima de Magallanes, el gas es tan fundamental como el agua en el norte. Los partidos imponen centralmente hasta los candidatos a diputados y senadores, designando personas que ni siquiera conocen los distritos o circunscripciones que aspiran a representar. Eso desató el más reciente conflicto del PS en la Región de Los Lagos”.
Otro grupo social que se queja de incomprensión es el pueblo mapuche...
“Hay en ese pueblo un profundo sentimiento de autonomía. A pesar de vivir en un mismo territorio, somos distintos. La solución no va por la integración de los mapuches a la cultura chilena o por la ayuda paternalista del Estado, sino por el respeto a una comunidad humana que tiene una cosmovisión propia. La opción es asumir que Chile es un Estado plurinacional, con la existencia de culturas distintas dentro de un mismo territorio, que deben regirse sobre la base de diversas realidades y costumbres. Aunque en el pueblo mapuche existen también variadas visiones, la autonomía es una propuesta compartida por todos. Los mapuches quieren hablar como iguales con el Estado chileno”.
BANQUEROS EN SU SALSA
Los mapuches no son los únicos que no se sienten representados por las decisiones del Estado. El presidente de la Asociación de Bancos rechazó un fallo de la Corte Suprema, poniendo en evidencia que en Chile hay poderosos que creen estar sobre la institucionalidad.
“Chile no está gobernado sólo por la derecha o la Concertación. La política en última instancia no se hace en La Moneda, sino en los espacios transnacionales o en reuniones informales entre unas pocas familias que concentran la mayor parte de la riqueza. Lo que hace la política es acomodarse a lo que viene decidido desde arriba. Los Luksic o los Angelini hacen lo que quieren. Por ese motivo nos asumimos como un movimiento anticapitalista. Nuestro fin último no es cambiar un gobierno sino insertarnos en una lucha mundial contra los dueños del capital, que son los que deciden la suerte de países como el nuestro. Aunque el diagnóstico sea fuerte, no nos queda más que asumir esta realidad y construir redes, para actuar junto a otros en Chile y el exterior dentro de un movimiento mundial anticapitalista”.
Chile ha afrontado la crisis internacional gracias a los altos precios del cobre. ¿Qué puede ocurrir si baja el precio del metal?
“La crisis se ha sorteado con los altos precios del cobre y pasándole la cuenta a los más pobres por la vía del desempleo o los bajos salarios. Esta crisis puede constituirse también en una oportunidad para que el movimiento social se movilice; porque se agudizan las contradicciones cuando amplios sectores ven limitada su capacidad de consumo. Por eso estamos empeñados en organizarnos para actuar en política a través de una alternativa popular”.
Rubén Andino Maldonado
(Publicado en “Punto Final”, edición Nº 782, 31 de mayo, 2013)
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