Buscar con Google

Edición 555
Portada
Inicio
Tradución
Favoritos
Recomendar Página
Cartas al Director
 
Libro de Visitas
  Firma el libro de visitas Firmar el Libro
Este es el punto donde dejan su firma quienes visitan este sitio.
.
Ediciones Anteriores
Amigos de PF
.
En esta Edición
Explotación sexual de menores
Campaña publicitaria del Consejo Minero
La trampa del TLC
Amenaza a la
diversidad cultural
Chile y Bolivia
La guerra del salitre
BOLIVIA
DESPUES DE LA METRALLA
Chile y Venezuela
La lucha común
contra el fascismo
Lo que hay detrás de la Fundación de Agustín Edwards
La peligrosa
Paz Ciudadana
Guillermo Muñoz Vera
El pintor del
Metro Moneda
Filósofo Eduardo Carrasco
El dedo en la llaga política
TLC con EE.UU.
Triunfo de los poderosos

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

TLC con EE.UU.

Triunfo de los poderosos

La reciente aprobación -casi unánime- del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos en la Cámara de Diputados, sorprendió a muy pocos. Se sabía que el acuerdo sería ratificado en bloque, al menos por los parlamentarios de la Concertación. El único representante oficialista que lo rechazó fue el diputado socialista Sergio Aguiló, quien planteó que “el TLC permite asegurar el actual modelo de desarrollo” y que él no fue elegido “para mantener estables las reglas de juego, sino para cambiarlas”. Paradojalmente, compartió el voto de impugnación con siete diputados de derecha: cinco de Renovación Nacional y dos independientes. Su oposición se debió a los efectos negativos que tendrá el TLC para la agricultura tradicional. Todo indica que en su próximo paso por el Senado, el TLC correrá la misma suerte. Sólo los senadores Jorge Lavandero y Nelson Avila han asegurado que votarán en contra.
El economista y abogado socialista Héctor Vega, coordinador nacional de Attac, coincide con Aguiló en que Estados Unidos pretende consagrar el modelo neoliberal de manera irreversible “en temas fundamentales como el estatuto de inversiones, leyes impositivas y concesión minera”, puntualiza. La idea central de los tratados de libre comercio es despojar al Estado de intervención política en el desarrollo del libre comercio. “Separar los TLC gerenciados por Estados Unidos de su intención geopolítica, es ignorar su historia de intervenciones seculares en Latinoamérica. Los TLC constituyen un elemento de su política imperial”, sentencia.
¿No le parece increíble que la Izquierda concertacionista abra las puertas a los intereses norteamericanos y que sean sectores de derecha los que cuestionen el TLC?
“Para nada; en trece años de Concertación han surgido nuevos negocios y modalidades, donde el aparato del Estado se ha transformado en medio eficaz para generar fortunas y en fuente de poder. La ‘Izquierda concertacionista’, de la cual forma parte la directiva del señor Martner, está ‘pauteada’ desde hace mucho tiempo por los grupos económicos locales y transnacionales. En cuanto a la derecha, la reacción de algunos diputados responde a un hecho objetivo: una agricultura tradicional amenazada. Estos parlamentarios, que representan a las zonas que se verán afectadas por el TLC, saben que en el rubro lácteos apenas se obtuvo una cuota de 3.501 toneladas, equivalentes a US$ 6 millones. Esto tendrá efectos marginales en el mediano plazo, período en el cual se exportarán 30 millones de litros de lácteos, en circunstancias que la producción nacional es de 2.200 millones. En lácteos, el TLC significará acceder a un insignificante 0,3 por ciento de las importaciones norteamericanas. Además, nadie puede asegurar que luego de doce años, plazo previsto para la desgravación total, Estados Unidos no imponga reglas de origen, ambientales, laborales o sanitarias, que impidan el ingreso a su mercado”.
¿Existen otros ámbitos de la agricultura que se verán afectados por el acuerdo?
“En la agroindustria la desgravación será muy lenta, lo que anulará los efectos del acuerdo en el mediano plazo. La mayoría de los productos congelados se desgravarán en un período de entre ocho y doce años. Por ejemplo, en los duraznos la rebaja de arancel será a doce años. Lo mismo ocurrirá en la industria de tomates. Se afectará una actividad que da empleo a más de 200 mil trabajadores. En el caso del trigo, el precio en los mercados internacionales fluctúa a la baja. Por ello, existe un arancel máximo de protección de 31,5 por ciento, el cual podrá mantenerse en los primeros cuatro años. A partir del quinto año y hasta el octavo, el arancel bajará a un 20 por ciento. La apuesta consistirá en mantener una alta cotización del trigo en los mercados internacionales para cuando operen las rebajas arancelarias. Sin embargo, nada de eso tendrá sentido sin una estrategia de reconversión de las zonas trigueras. De no mediar hechos aleatorios, la economía rural, basada en el trigo, desaparecerá. Ello provocará miseria en los sectores rurales que hoy viven de la agricultura tradicional”.

DE VICTIMARIOS A SOCIOS

Acaban de cumplirse treinta años del golpe militar y tanto el Informe Church, como la desclasificación de documentos de la CIA, permitieron confirmar que la Casa Blanca intervino en la desestabilización y derrocamiento del gobierno de Salvador Allende. Tomando en cuenta esta dimensión, ¿qué significa para usted el TLC con Estados Unidos?
“El mensaje socialista de Salvador Allende fue un proyecto soberano para Chile, que en lo económico y social ponía fin a la explotación y era solidario con la lucha de los pueblos sojuzgados por la política imperial de Estados Unidos. En lo que representa la mayor de sus inconsecuencias, el presidente Lagos, quien se auto proclama socialista, concreta el TLC con esa potencia. Sabemos que el gobierno claudicó frente a las transnacionales y grupos de poder norteamericanos. El TLC es el primer paso para la negociación del Alca, donde nuestro país es la punta de lanza de la política imperial en Latinoamérica. Con ello, se rompe el proceso de discusión hemisférica, hoy expresado en la política de integración del Mercosur y la Comunidad Andina”.
¿Qué sucederá con el actual modelo de desarrollo chileno, basado en la explotación y exportación de materias primas? ¿El TLC tenderá a profundizar ese modelo?
“El TLC significará la desprotección total de la economía chilena, consagrando un modelo depredador, la ‘reprimarización’, que nos determina como exportadores de materias primas. Instaura las inversiones de maquila, modelo que en México provocó el empobrecimiento de la población y una escasa utilización de recursos productivos locales, con apenas un 2% en las exportaciones de maquila. Lo más grave es que las posibilidades de revertir este tipo de proceso son muy escasas en temas fundamentales como inversiones, compras estatales y su transparencia, políticas de desarrollo de la pequeña y mediana empresa y agricultura tradicional, entre otros. El país quedará con las manos atadas para concebir una estrategia de desarrollo alternativo a la economía neoliberal. No se podrán modificar los regímenes impositivos en la minería, incluyendo el pago de royalty; la aplicación del art. 18 del DL 1349, que autoriza al presidente de la República a decretar el monopolio de la venta del cobre y fijar su precio; tampoco se podrá modificar el estatuto de la inversión extranjera; etc.

GANADORES DE SIEMPRE

¿Quiénes serán los beneficiados con el TLC?
“Los grupos económicos extranjeros y locales, que lograrán el máximo de ganancias a expensas de una mano de obra mal pagada, explotada y negada en sus derechos más elementales. En lo sectorial, las beneficiadas serán las empresas agrupadas en el Consejo Minero; en el sector frutícola, donde se consolidará el sistema general de preferencias con arancel cero permanente; en el de las carnes, que antes no tenía ninguna oportunidad de exportar y en el forestal, donde también se consolidará el arancel cero”.
El gobierno promete más exportaciones con el TLC, pero el Ministerio de Hacienda acaba de recortar en un 5 por ciento el presupuesto 2004 de ProChile, para apoyar las exportaciones de las Pyme. ¿Qué opina al respecto?
“El gobierno ignora que el 80 por ciento del empleo en Chile lo generan las micro, pequeñas y medianas empresas. Desconoce que estas unidades productivas son fuente importante de exportaciones en otros países, lo que requiere una fuerte intervención estatal. Así lo entendieron el Reino Unido, Estados Unidos, Japón, Taiwán, Corea, etc., que aplicaron políticas proteccionistas en sus primeras etapas de industrialización. En Chile, es fundamental generar líneas de crédito de fomento; programas de prioridades sectoriales; diálogo entre sectores sociales implicados; respeto a las leyes laborales; mejoramiento sustancial en las condiciones de trabajo y estabilidad e ingresos acordes con niveles de vida dignos. Es decir, lo contrario de lo que ha hecho el gobierno de Lagos”.
Mientras Chile apuesta al bilateralismo con Estados Unidos, los presidentes de Brasil, Argentina, Paraguay y Venezuela se juegan por fortalecer la integración regional, potenciando el Mercosur y la Comunidad Andina de Naciones (CAN). ¿Cómo visualiza el papel de Chile en este escenario?
“Chile se aparta de la integración económica regional. En la práctica, es la punta de lanza de Estados Unidos para concretar el Alca, del cual el TLC reproduce su lógica. Enfrentamos una visión errada y miope que quiere repetir en América del Sur las condiciones económicas que han posibilitado los tratados de libre comercio de los pequeños estados del Caribe y Centroamérica. En esos acuerdos, reinan la maquila, las transnacionales con su política expropiatoria, una economía de plantaciones donde no existe la posibilidad de apartarse del libreto norteamericano. En el mediano plazo, con el TLC se adecuará la estructura jurídica que regirá las leyes laborales y las inversiones. Entonces, la euforia de los primeros años de expansión del comercio hacia el mercado norteamericano habrá pasado, y los trabajadores chilenos comprenderán que la precariedad laboral constituye una regla que llegó para instalarse”

MANUEL HOLZAPFEL GOTTSCHALK

 

Si te gustó esta página... Recomiéndala