Edición 565 - Desde el 16 al 29 de abril de 2004
Inicio | Traduccón | Favoritos | Recomendar Página | Cartas al Director |
Buscar
Buscar con Google

Libro de Visitas
Firma el libro de visitas Firmar el Libro
Este es el punto donde dejan su firma quienes visitan este sitio.
Ediciones Anteriores
En Kioscos
En esta edición
Mercenarios
en Iraq
IRAQ, AÑ0 1
A Jovino el diablo
le pasa la factura
Fuerza Social apoyará
candidatos municipales
Alternativa sobre ruedas
En defensa
de la ciudad
El alimento empresarial
Periodistas desafían al pensamiento único
“Las ideas que no se
conocen, no luchan”
Lagos condena a Cuba,
Chile condena a Lagos
Peligra Laguna del Huasco
Mineras agotan
agua del norte
El sueño de la
radio mapuche
Venezuela a dos años del golpe - Gobierno de Chávez goza de buena salud
Visita

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El alimento empresarial

El discurso económico busca la identificación de la sociedad chilena con la prosperidad empresarial, como si lo que favoreciera a las corporaciones beneficiara también a los ciudadanos, usuarios y consumidores. Un discurso generado desde las agencias financieras internacionales, replicado por el sector privado transnacional y nacional, y amplificado por las autoridades políticas y los medios de comunicación. Si la economía chilena crece, si las utilidades corporativas lo hacen, los chilenos obtendrían también sus compensaciones.
Los resultados corporativos del 2003 debieran demostrar tal axioma. Durante el año pasado las veinte principales sociedades anónimas que transan sus acciones en la Bolsa de Santiago -las que no son necesariamente chilenas- aumentaron sus ganancias en 90 por ciento promedio. En un conglomerado de empresas de diversos rubros -orientadas a la exportación de recursos naturales, financieras, servicios y comerciales- no son pocas las que lograron aumentos en sus utilidades a tasas superiores al 100 ó 200 por ciento. Del selecto grupo, cuatro se hallan en descollante posición.
Por ganancias, el grupo de empresas Copec -ligado básicamente a los recursos naturales- es el que lidera el ranking nacional de las sociedades anónimas, con un volumen de US$ 554 millones, un 19 por ciento más que el año anterior. Le sigue una transnacional, Minera Escondida, con una utilidad de US$ 523 millones y un aumento respecto al 2002 -derivado del alza en el precio del cobre- del 268 por ciento.
La empresa de servicios que ocupa el lugar más alto en este ranking es el Banco Santander, con una utilidad, el 2003, de US$ 344 millones, cifra un 30 por ciento más alta que la obtenida el 2002. Tras el grupo español está el Banco de Chile, con US$ 217 millones y un aumento del 145 por ciento. No mucho más abajo aparece otra empresa ligada a los recursos naturales, Inversiones CMPC, con una ganancia de US$ 207 millones y un aumento comparativo -debido a la mejoría de los precios de la celulosa- del 85 por ciento.
Falabella, una empresa básicamente ligada al rubro comercial, aun cuando también al financiero, ocupa un lugar destacado entre los conglomerados industriales y financieros. La multitienda obtuvo ganancias por US$ 165 millones, cifra que es un 40 por ciento más alta que la lograda el 2002.
Con una utilidad levemente inferior se ubicó Colbún, empresa de generación eléctrica que logró US$ 155 millones, volumen que prácticamente duplicó al generado el año anterior.

ORIGEN DE LAS UTILIDADES

La explicación más inmediata para el enorme aumento en las utilidades recae en las empresas ligadas con la extracción y exportación de recursos naturales. La mejoría relativa de las principales economías mundiales ha estimulado no sólo los volúmenes exportados, sino también ha mejorado los niveles de precios. Así, si el 2002 el volumen exportado por empresas chilenas registró US$ 18.170 millones, el 2003 éste se expandió a US$ 21.046, cifra que representa un aumento del 16 por ciento. No obstante, no hay una relación entre el aumento de los precios de los bienes de exportación y el aumento de las ganancias. Recordamos a Minera Escondida, que amplificó sus utilidades en un 268 por ciento.
El ritmo de las importaciones es una variable que puede ser efecto del vigor de la demanda interna, la que estaría reflejada, entre otros aspectos, en el comercio y en la banca, ambos sectores representados por las empresas con mayores ganancias. Si durante el 2002 las importaciones totales sumaron US$ 15.900 millones, éstas llegaron a US$ 18.000 el año pasado, lo que indica un aumento del trece por ciento.
A febrero pasado la banca, bien representada en el ranking del 2003, muestra un crecimiento vigoroso, tanto en sus utilidades como en sus negocios. Las utilidades del sistema financiero llegaron durante el mes a US$ 105 millones, cifra un 42 por ciento más alta que la obtenida en febrero del 2003 y apoyada en la expansión de los negocios: a febrero, las colocaciones crecieron -en comparación con febrero del 2003- un 3,3 por ciento, no obstante las de consumo aumentaron un 17 por ciento, las hipotecarias un once por ciento y las comerciales un dos por ciento.
Al observar estas cifras, se podría establecer una relación causal entre la mayor actividad económica y las utilidades empresariales. Tal efecto -el Imacec de febrero marcó un aumento del 4,2 por ciento- se replica y amplifica en las compañías. Una relación causal que expresa la fuerte distorsión en la distribución del ingreso: las empresas logran expansión en un escenario de muy relativo menor desempleo y de nulos mejoramientos salariales.
Si bien las estadísticas del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) muestran una mejoría en los índices de desocupación (7,4 por ciento a febrero), es también un hecho que la calidad de los empleos ha registrado un deterioro, producto de las nuevas estrategias de reducción de costos de las empresas, tales como la subcontratación. Si este fenómeno es un hecho, también lo es la disminución, en términos reales, de las plazas laborales en sectores que hacen uso intensivo de tecnología y que han estado expuestos a procesos de fusiones y adquisiciones, como la banca, empresas de telecomunicaciones y servicios varios. Un informe de la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras concluye que el sistema financiero perdió 10.045 empleados durante los últimos seis años. Los 47.195 trabajadores que tenía la banca en 1997 pasaron a 37.150 hacia finales del año pasado, lo que representa una merma de poco más del 21 por ciento.
El gobierno ha silenciado el descollante desempeño de la gran empresa. Sólo ha comentado con irritación -a través del mismo presidente Lagos- el aumento del 71 por ciento de las ganancias obtenidas por las isapres, declaraciones que surgen, sin embargo, en un contexto de defensa del Plan Auge y no se hacen extensivas al resto de los sectores de la economía. Si ello sucede con la salud privada, y es motivo de malestar gubernamental, ¿por qué no desplegar esta molestia a la banca o a los servicios públicos? Una incomodidad que debiera ser más expresiva con estos sectores, los cuales no tienen, como la salud, una competencia pública. Los chilenos somos, podría afirmarse, más rehenes del sistema financiero que de las isapres.

PARAISO EMPRESARIAL

Chile es el paraíso para el desarrollo y amplificación de los deseos empresariales. Chile piensa de manera corporativa. La muestra más palmaria fue la decisión gubernamental, inconsulta y unilateral, de traspasar los mayores costos que tendrán las empresas de generación eléctrica por el racionamiento del gas argentino. Los consumidores hemos solventado los inconvenientes generados por el gas argentino -de propiedad privada y transnacional- en las empresas chilenas -también privadas y transnacionales-.
No hay nada que justifique este traspaso al consumidor de los mayores costos de la energía. Se trata de una simple y arbitraria decisión, la que está -estimamos- destinada a adular otra vez a los capitales extranjeros, especuladores bursátiles y publicitar la institucionalidad económica chilena como el paraíso para inversores y agentes financieros. Determinaciones de este tipo aseguran una alta rentabilidad a la inversión extranjera a costa de los consumidores.
El establishment empresarial puede sentirse a gusto tras el regreso del crecimiento económico. Puede recoger los frutos de la Agenda Pro Crecimiento, realizada en conjunto con el gobierno, que allanó durante los primeros años de la década el camino a las ganancias corporativas.
Aunque no lo diga, e incluso lo niegue, el gobierno apuesta a la política del chorreo económico. Si las empresas logran tales ganancias, algo caerá a la masa trabajadora y consumidora. Sin embargo, este axioma derivado del mercado no es tal con las empresas exportadoras, cuyas operaciones tienen muy poco impacto en el resto de la economía, y tampoco puede aplicarse a las empresas orientadas a la demanda interna: la flexibilización laboral de facto surge como un enorme cortafuego que limita los costos laborales y acota las utilidades a los bolsillos de los accionistas.

CAUTIVOS DE LA
TARJETA DE CREDITO

El caso de Falabella -hoy una de las primeras diez sociedades anónimas del país- que tiene el 52 por ciento de las ventas sectoriales y que también lidera el mercado de las tarjetas de crédito de multitiendas, representa un fenómeno nuevo. Este conglomerado comercial, que ha extendido su radio de acción hacia los malls, la venta de medicamentos, insumos para el hogar, la construcción y la banca, ha logrado absorber la capacidad de consumo de los sectores medios mediante la venta a crédito. Es éste su principal negocio, el que, pese a las intenciones gubernamentales, no está regulado. A diferencia de la banca propiamente tal, las tarjetas de crédito de las multitiendas y los supermercados no tienen techo respecto a las tasas de interés. Una situación que ha sido frecuentemente comprobada por los estudios que realiza el Servicio Nacional del Consumidor.
Se trata de un nuevo y rentable negocio libre de regulaciones, el que está orientado hacia los sectores medio y medio bajos, entre los cuales se hallan muchos consumidores que no tienen acceso al sistema financiero regulado. Si ya se ha observado dinamismo en las otras multitiendas, que han estimulado el uso de sus tarjetas a través de convenios con otras compañías de consumo masivo -por ejemplo, farmacias y venta de combustible- lo que se verá en el breve plazo serán movimientos aún mayores. D&S, la empresa dueña de Líder, que posee más del 30 por ciento del mercado, tiene 650 mil clientes cautivos mediante su tarjeta de crédito Presto. La reciente contratación de especialistas del sector financiero busca aumentar hacia finales de año su número de clientes a un millón.
La inflación de las utilidades empresariales puede interpretarse básicamente de dos maneras. Las compañías orientadas al mercado exterior gozan del despertar de la economía mundial y de la mejoría de los precios de los bienes exportados. Las corporaciones orientadas a suplir la demanda interna, en tanto, se alimentan del fuerte repunte crediticio. Y ambos casos, por cierto, amparados por una fuerte reducción de costos laborales

PAUL WALDER

Volver | Imprimir | Enviar por email

 

[ Chile - Santiago ] Punto Final S.A. San Diego 31, of. 606   |    E-mails: Dirección | Webmaster