Edición 670 - Desde el 6 al 25 de septiembre de 2008
Inicio |   Favoritos | Recomendar Página | Cartas al Director | Translation |
Documento sin título
Buscar
Su opinión
Ediciones Anteriores.
En Quioscos
Archivo Histórico
Publicidad del Estado

El fallo de la Fiscalia

En esta edición

La Izquierda aún no se recupera

La UF despierta

Gana Piñera

Bolivia rumbo
a su futuro

Mapuches como en dictadura

En edición impresa

En defensa de Venezuela

Revelan identidades de
torturadores brasileños

“A mí me torturaron”

Demonios asolaron
el Golfo de Arauco

Efraín Barquero
Premio  Nacional

43º aniversario de “Punto Final”

AUTOR DE LA PORTADA

Visita

La oposición a Evo Morales se desespera

Bolivia rumbo
a su futuro


El triunfo arrollador del presidente Evo Morales Ayma en el referéndum revocatorio del 10 de agosto, creó un nuevo cuadro político en Bolivia. La relegitimación de su mandato con un apoyo cercano al 70 por ciento fortalece el proceso de cambios en  marcha y favorece su institucionalización. Ahora, Evo Morales convocó al pueblo a votar la nueva Constitución en un referéndum que se realizaría el 7 de diciembre. Pero la Corte Nacional Electoral ordenó suspender la consulta. La oposición, frustrada en su intento de forzar la renuncia del presidente, se apresta a extremar su resistencia.
PF conversó con el cónsul general de Bolivia en Chile, general (r) Freddy Bersatti Tudela, que fue comandante general del ejército antes de ser nombrado cónsul -con rango de embajador- en Santiago, uno de los cargos más importantes de la diplomacia boliviana. En la actualidad se desarrolla una fase de acercamiento y relaciones amistosas entre Chile y Bolivia que abre importantes expectativas para los dos países hermanos.
El general Freddy Bersatti (casado, dos hijos) hizo estudios en Colombia, Estados Unidos y España, país este último donde fue agregado militar de la embajada boliviana.

HERNAN SOTO

¿Cual es la situación de Bolivia, luego del triunfo del presidente Evo Morales en el referéndum revocatorio?
“Hagamos un poco de historia. En 2006, cuando el presidente Evo Morales asume el gobierno, fue elegido por casi 54 por ciento de los votos. Fue una sorpresa, porque las encuestas le daban solamente un apoyo del 36 por ciento. Asumió con mayoría en la Cámara de Diputados, no así en el Senado por razones propias de nuestro sistema electoral. La oposición controla el Senado, lo que ha provocado una serie de fricciones, algunas bastantes graves.
En algún momento, la oposición hizo una lectura equivocada de la situación estimando que el presidente había perdido popularidad por desgaste de su gobierno. Aprovechó entonces de aprobar un proyecto sobre referéndum revocatorio que dormía en el Senado, lo que sorprendió al gobierno. Pero el presidente Evo Morales promulgó la ley. Las encuestas arrojaban entre 54 y 60 por ciento de aprobación, lo que movió a la oposición a trata de anular la convocatoria al referéndum. Pero no tuvieron éxito. El referéndum se realizó, respecto tanto del presidente como de los prefectos, que son los jefes de los departamentos (provincias) en que se divide el país.
El resultado fue una sorpresa aún mayor. El presidente Morales logró 67,41 por ciento, algo inédito en Bolivia y creo que en cualquier país de América Latina, salvo tal vez en Venezuela. Esto trae como consecuencia una relegitimación mucho mayor del presidente. Eso es lo medular: el pueblo respalda los cambios y espera que el gobierno prosiga por el mismo camino.
Como se sabe, tres son  los elementos centrales que inspiran al presidente Evo Morales y a su gobierno: la inclusión social, el vivir bien y la idea de una Bolivia digna, que se relaciona con la soberanía. Cada uno de esos elementos tiene características propias. En el caso de la inclusión social, se relaciona con millones de personas con altos niveles de pobreza, marginados de la sociedad, aislados del mundo, muchos de ellos provenientes de las etnias indígenas y también del mundo campesino, que en Bolivia constituye el 45 por ciento de la población.
Esos excluidos deben incorporarse a la sociedad y ejercer allí sus derechos, y vivir en condiciones dignas. Se trata de proporcionar a la población las condiciones para un nivel de vida satisfactorio -básico- en consonancia con la naturaleza. Lograr que el desarrollo humano sea sostenible en el tiempo, sustentable. Para ello debe estar en armonía con el medioambiente. En Bolivia la acción de las empresas extranjeras -y también algunas bolivianas- ha asumido un carácter depredatorio, especialmente en la minería y explotación forestal, con altos niveles de contaminación y degradación ambiental que ponen en peligro el futuro.
La idea de Bolivia digna tiene que ver con nuestra capacidad de dirigir el país en la forma en que nosotros mismos decidamos. O sea, quiere decir soberanía real”.

Privatizaciones en Bolivia

¿Eso tiene relación con las riquezas básicas, los servicios públicos e industrias estratégicas?
“Claro, en los gobiernos anteriores se procedió a la ‘capitalización’ de numerosas empresas públicas, a su privatización. El Estado perdió el control de esas empresas, que quedaron a lo menos en un 50% en poder del sector privado. Además, y como una cuestión de hecho, el Estado nunca fiscalizó debidamente a las empresas objeto de capitalización. Mucha gente apoyó las privatizaciones porque se aseguraba que significarían más ingresos para el Estado, más desarrollo, mejor administración e incluso, más trabajo. Pero las cosas resultaron al revés.
Dos ejemplos: el Lloyd Aéreo Boliviano, nuestra línea aérea de bandera, fue vendida a una empresa brasileña en una suma ínfima. El solo valor del stock de repuestos equivalía al doble del precio que se pagó por la aerolínea, sin contar su infraestructura, los aviones, etc. Yacimientos Petrolíferos Bolivianos (YPB). Fue privatizada por 3 mil quinientos millones de dólares, en circunstancias que su valor real era de 15 mil millones, cuatro veces más. Se aseguraba que YPB en vez de los 500 millones de dólares que entregaba anualmente al Estado, entregaría mil millones. Nunca llegó a la mitad de esa cifra: en los primeros años aportó apenas 50 millones de dólares anuales.
Por otra parte, so pretexto de modernización, la nueva administración de YPB despidió a un tercio de sus trabajadores. En pocas palabras: aportó mucho menos de lo prometido y creó un problema social muy difícil. Aparte de eso, a la empresa se le asignaron los yacimientos de gas en los megacampos de Margarita y San Alberto. En el convenio se estableció que todo lo que ya estaba en producción pagaría al Estado, a título de regalías, un 50 por ciento del valor de lo producido y un 18 por ciento, si se trataba de pozos nuevos. La empresa consideró como pozos nuevos a Margarita y San Alberto, a pesar de que ya estaban en producción. Entraron a pagar entonces 18 por ciento en vez de 50 por ciento, como deberían.  Casos como estos hay muchos. Eso explica porqué ha sido necesario revertir las privatizaciones.
Las medidas adoptadas por el presidente Evo Morales en este plano le han significado ganar apoyo. La gente le cree y espera más. Gana las elecciones porque hace cosas cumpliendo lo prometido. Si aquellas empresas hubieran pagado un precio justo, hubieran actuado en forma transparente -y no hubieran burlado la ley- significando mayor desarrollo, seguramente habrían podido seguir operando con normalidad. Pero, tal como iban las cosas, sólo quedaba revertir la privatización. Eso es lo que hace cualquier gobierno responsable. Por eso, cuando algunos empresarios chilenos expresan dudas por una supuesta falta de garantías o por riesgo en Bolivia, les digo que ninguna empresa que actúe correctamente y que cumpla las leyes tiene nada que temer”.

Nueva Constitución y las FF.AA.

¿Qué pasa con la nueva Constitución?
“Como consecuencia de haber legitimado su mandato con votación enorme, se ha fortalecido la posición del presidente Morales para impulsar la nueva Constitución, que institucionaliza el nuevo proyecto de país. En este momento, las bases sociales están exigiéndole al gobierno que siga adelante y tome nuevas medidas. Entre ellas, la ratificación de la Constitución mediante referéndum popular. Sin embargo, aunque la oposición ha sufrido una gran derrota -pese al triunfo de algunos de sus prefectos-, tiene todavía fuerza suficiente para buscar otras salidas.
El gobierno ha analizado a fondo la situación y ha decidido que deberá consultarse al pueblo boliviano, sí o sí, ya que la nueva Constitución ha sido debatida y estudiada a fondo dentro de procedimientos democráticos cumplidos en forma rigurosa. En este proceso es posible que la oposición, desesperada, recurra a acciones destinadas a interrumpir el proceso, que podrían significar violencia”.
¿Las fuerzas armadas están participando en tareas de gobierno, comprometidas con el proceso de cambios?
“Las fuerzas armadas han colaborado en situaciones de emergencia. Es el caso de la distribución de los bonos Juancito Pinto, destinados a incentivar la permanencia de los niños en las escuelas. Es un bono que se da dos veces al año para libros, útiles y otras necesidades. Y también está el bono mensual mínimo para los mayores de 60 años. La distribución de estos bonos la hacen las fuerzas armadas, que cubren todo el territorio nacional. En lo demás, mantienen sus funciones tradicionales: defensa de la soberanía e integridad territorial”.

Reforma agraria y conspiraciones

¿Cómo avanza la reforma agraria en el Oriente boliviano?
“La reforma agraria en términos generales es un proceso que se viene realizando desde hace tiempo con gobiernos de distinto signo. Ahora, dentro del proceso de cambios, se han introducido modificaciones importantes que deben consultarse al pueblo. Una de ellas es si la cabida máxima debe ser de 5 mil o de 10 mil hectáreas. Parecen cifras enormes, y lo son. Pero la realidad es que hay propietarios en el Oriente que tienen más de 200 mil hectáreas, de las cuales menos del 1 por ciento están explotadas”.
Hay denuncias de maniobras conspirativas en contra del gobierno. Habría injerencia extranjera. ¿Qué hay de efectivo?
“Lo decía antes: el proceso de establecer la nueva Constitución  puede llevar a la oposición a intentar maniobras confrontacionales -que espero no lleguen a la violencia-. Es una amenaza real. En cuanto a una posible injerencia extranjera, es algo sobre lo cual no me parece adecuado pronunciarme. Es una materia que debe abordar mi gobierno. Es claro que los que antes tenían y controlaban el Estado y lo aprovechaban en su beneficio, hoy hacen todo lo posible por defender sus privilegios. Es algo que seguramente se vio en Chile en el gobierno del presidente Salvador Allende. La responsabilidad fundamental es de los que tienen privilegios, ya que sus conductas pueden ser apoyadas por otros”.

Integración latinoamericana

En las relaciones internacionales Bolivia tiene una actitud de buen entendimiento con los vecinos y de búsqueda de lazos con los países latinoamericanos, especialmente con Venezuela. ¿Cuál es el sentido profundo de esta relación?
“Desde mi experiencia como comandante general del ejército quiero desmentir, en primer lugar, lo que se ha dicho sobre injerencia venezolana en la fuerza armada de Bolivia. Con Venezuela tenemos muy buenas relaciones, pero en el plano militar son mínimas, mucho menores que con Estados Unidos, que sólo ahora han disminuido. La colaboración militar con Brasil, con Argentina y la que comienza a existir con Chile, abre, a mi juicio, un nuevo período de relaciones en ese plano.
Se dice también, que puede existir la posibilidad de una división de Bolivia. Alguna vez se habló de su eventual ‘polonización’. Pero creo que ese peligro no existe. El sentimiento nacionalista, patriótico, en el Oriente de Bolivia es muy profundo. Todos -yo vengo del Beni- nos sentimos profundamente bolivianos. No hay peligro de división, pero sí de confrontación.
Mi gobierno cree que la integración sudamericana es una tarea ineludible. El sueño de Bolívar, San Martín, O’Higgins y Santa Cruz es más urgente que nunca. Si nos unimos, podremos ofrecer a nuestros pueblos el desarrollo y bienestar que merecen. Si nuestros países no se unen, algunos conseguirán niveles socio-económicos más o menos avanzados y los demás seguirán en el atraso. Pero los avanzados estarán siempre a años luz de Estados Unidos y otros países desarrollados. Por otro lado, el desarrollo de la ciencia y tecnología requiere inversiones enormes, fuera de nuestro alcance si estamos separados. Vamos en camino a convertirnos en ‘colonias tecnológicas’.
Debemos asentar la convicción de que los recursos del continente deben estar al servicio de nuestros pueblos. En UnaSur se está trabajando en un plan de integración energética, e incluso en el diseño de un Consejo de Defensa con funciones de coordinación y cooperación que podrían irse desarrollando. Para Bolivia la integración es vital. En política, visualizamos a Sudamérica como un bloque económico competitivo frente a otros bloques como China, Asia, Norteamérica y Rusia.
Las relaciones entre Chile y Bolivia pasan por un buen momento. Nuestros presidentes, las cancillerías, fuerzas armadas y algunas organizaciones sociales trabajan con inteligencia y preocupación por el fortalecimiento de nuestras relaciones. Quedan sin embargo, sectores muy amplios que siguen pensando con viejos esquemas. Debemos mostrarles lo que se puede ganar si trabajamos juntos, si resolvemos los problemas pendientes, entre ellos el tema marítimo. La integración nos beneficiará a todos”.

 

(Publicado en “Punto Final” Nº 670, 5 de septiembre, 2008)

FOTO: GENERAL(r) Freddy Bersatti Tudela, ex comandante general del ejército boliviano y actual cónsul de su  país en Chile