En defensa de Venezuela
Los activistas de Human Rights Watch consiguieron lo que buscaban: que el gobierno venezolano reaccionara como corresponde ante una intolerable intromisión en los asuntos internos del país. Esta no fue la primera vez que Vivanco y sus tramoyistas locales efectuaban una conferencia de prensa en Caracas para sumar los calumniosos “informes” de HRW a la oposición golpista, cuyas actividades impulsa, planifica y financia el Imperio norteamericano.
Lo sorprendente es que el gobierno venezolano tardara tanto en hacer respetar las leyes que protegen su soberanía. En Chile y otros países, HRW no habría podido llevar a cabo ni la mitad de las provocaciones que efectuó reiteradamente en Venezuela. Vivanco sabía que estaba estirando la cuerda a un extremo inaceptable para todo gobierno responsable de sus deberes. Pero lo hizo en forma deliberada a fin de provocar la reacción que hoy se agita como un “atropello” a los derechos humanos. ¿Los derechos de quién? De una ONG con sede en EE.UU., que maneja cuantiosos recursos y que intenta suplantar a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para mejor servir los intereses del emperador del mundo.
Es lamentable que en esta oportunidad el gobierno de la Concertación haya vuelto a unirse a la derecha para calumniar al gobierno del presidente Chávez. En Venezuela ese gobierno ha retomado el camino de la revolución democrática que en Chile dejó inconcluso el presidente Salvador Allende, recién elegido por votación popular como el chileno más grande de la historia en una encuesta de TV Nacional.
MANUEL CABIESES DONOSO
Director de la revista “Punto Final”
(Publicado en “Punto Final” Nº 670, 5 de septiembre, 2008) |