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Jaime Crombet, vicepresidente de la Asamblea Nacional
Cuba enfrenta al Imperio
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Eran las cuatro de la tarde y una muchedumbre deambulaba
por el Edificio Diego Portales, esperando el comienzo
de una de las sesiones de trabajo de la 108º Asamblea
Mundial Interparlamentaria. Espero a Jaime Crombet, vicepresidente
de la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba. “Chico,
esto de una entrevista a Punto Final me trae recuerdos”,
dice. “A fines de los 60, me entrevistó Marta
Harnecker para tu revista”. A pesar de su tono alegre
se le ve cansado. La delegación cubana tuvo múltiples
reuniones para explicar la situación de los opositores
presos y las condenas aplicadas por los tribunales cubanos.
Una crítica a los sucesos en Cuba apunta a la
rapidez de los procesos judiciales, que han culminado
con elevadas penas de presidio. Incluso, se habla de tribunales
especiales. ¿Qué hay de cierto?
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JAIME Crombet, vicepresidente de la Asamblea
Nacional del Poder Popular (Parlamento) de Cuba. |
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“En Cuba no se han creado tribunales ni leyes especiales
para juzgar a los contrarrevolucionarios. Estas leyes fueron aprobadas
por nuestra Asamblea Nacional para defendernos, en respuesta a
la ley Helms-Burton. Tenemos el derecho y el deber de hacerlo.
Nuestro pueblo lo exige. Los juicios se han desarrollado en tribunales
normales, con abogados defensores y participación de los
familiares. Se ha actuado de acuerdo a lo previsto por el procedimiento
penal del país”.
Se ha informado que las mayores penas habrían sido para
dirigentes del denominado proyecto Varela, ¿en qué
consiste ese proyecto y qué actividades desarrollaban estas
personas?
“Quien puede explicar mejor en qué consiste el proyecto
Varela, es el gobierno norteamericano y la CIA, autores intelectuales
del mismo. Ese plan contrarrevolucionario fue presentado a la
Asamblea Nacional del Poder Popular y respondido por su Comisión
de Asuntos Constitucionales y Jurídicos. En Cuba se realizó
un plebiscito que ratificó nuestra Constitución
y el carácter irrevocable del socialismo.
Lo que busca el imperialismo con este tipo de proyectos, es imponernos
el sistema electoral que a ellos les da la gana. El mismo sistema
que está siendo cada vez más cuestionado, porque
no se conoce de donde proviene el financiamiento de los partidos
políticos y los candidatos. Un modelo electoral que ha
provocado grandes conflictos de corrupción, inmoralidad
e ilegalidad en Estados Unidos y en muchos países de América
Latina, donde los candidatos responden a los intereses de las
clases dominantes”.
JAMES CASON
“DIPLOMATICO” O ACTIVISTA
El representante diplomático de Estados Unidos en Cuba,
James Cason, ha apoyado a la disidencia facilitando, incluso,
la Oficina de Intereses en La Habana para reuniones de éstos.
¿Es efectiva esa información?
“Esa información es cierta. James Cason es un hombre
comprometido con la mafia cubana de Miami. No sólo ha prestado
la Oficina de Intereses para reuniones de los contrarrevolucionarios.
Ha recorrido el país financiando y abasteciendo de materiales
de todo tipo a la oposición. Ha desarrollado un trabajo
de propaganda para organizarla y estimularla con programas de
acción contra Cuba, promoviendo la unificación de
esos grupos. Ha formulado declaraciones inaceptables para un diplomático,
de un contenido ofensivo y prepotente.
Hemos tenido que enfrentar la permanente ambición norteamericana
de convertir Cuba en una neocolonia. Ellos no comprenden que somos
especialmente sensibles a la defensa de nuestra soberanía
e independencia. José Martí vivió quince
años en Estados Unidos y se percató de la política
expansionista, de dominio y control del imperio entonces naciente.
Por ello, en su testamento político planteó que
‘cuanto he hecho ha sido para evitar que los Estados Unidos
se apoderen de Cuba y caiga esa fuerza sobre las Antillas y el
resto de las Américas’. En más de 43 años
de revolución hemos sufrido miles de acciones de sabotaje
y terrorismo, con un saldo superior a 3.500 cubanos muertos y
más de dos mil mutilados. A lo anterior, hay que sumar
el bloqueo, que ha tenido un costo para Cuba superior a los 70
mil millones de dólares. Ninguno de los países que
apoyan al imperio para condenar a Cuba ha levantado su voz para
defender los derechos humanos del pueblo cubano, constantemente
conculcados por Estados Unidos”.
¿Cuál es el alcance, en términos políticos
y de seguridad, que tiene para Cuba el que Bush esté interviniendo
tan directamente en la política interna de su país?
“Sin duda, se trata de una amenaza real. Sin embargo, nuestra
garantía es nuestra unidad y la decisión de defender
la revolución a cualquier precio. Tenemos más de
cuatro millones de milicianos con sus armas y otros millones preparados
y en condiciones de enfrentar una eventual guerra o invasión.
Nuestra fuerza no está en la cantidad de tanques y aviones,
sino en la decisión de un pueblo unido de defender su revolución,
su sistema político, su socialismo. Los cubanos tenemos
derecho a decidir por nosotros mismos, sin que nadie se inmiscuya,
el régimen social y político que nos hemos dado.
Contamos con gran solidaridad en el mundo, porque mucha gente
entiende nuestra lucha. En Chile tenemos grandes amigos, a quienes
agradecemos su solidaridad histórica con nuestra revolución”.
DE LAS TORRES GEMELAS
A LA HEGEMONIA MUNDIAL
¿Qué papel han jugado los ataques del 11 de septiembre
del 2001 en la profundización de la política agresiva
de Estados Unidos, y cómo puede ello perjudicar a Cuba?
“Los actos terroristas de las Torres Gemelas, en Nueva York,
y del Pentágono, en Washington, han sido utilizados por
la administración Bush para desatar una ofensiva y aplicar
una concepción hegemónica de dominio total. La política
de la ‘guerra preventiva’ ha sido empleada, en gran
medida, por cuestiones de política interna de ese país,
para legitimar al actual gobierno y neutralizar a la oposición.
El objetivo es aplastar cualquier disidencia a la guerra y concitar
apoyo de los norteamericanos en torno a la aventura bélica,
a través del manejo y manipulación de la información.
Sin embargo, el incremento de las hostilidades hacia Cuba comenzó
con la llegada de George W. Bush, que contó con el apoyo
de los cubanos residentes en Estados Unidos. Las negociaciones
y acuerdos migratorios se estaban desarrollando con relativa normalidad,
con un cierto incremento de las visitas a Cuba de estadounidenses
y cubanos residentes en ese país y de ciudadanos cubanos
a Estados Unidos. Incluso, se estaba cumpliendo con una cantidad
de visas por año, para facilitar las salidas legales de
Cuba y evitar la emigración ilegal. Con Bush, esa política
cambió y se acrecentó el financiamiento de la contrarrevolución
interna. Hoy, los norteamericanos tienen prohibición de
viajar a Cuba y a través de la Ley de Ajuste, se garantiza
que todo cubano que llegue legal o ilegalmente a Estados Unidos
tiene que ser admitido, aunque sea un delincuente que ha secuestrado
un avión y asesinado personas para lograr su objetivo.
Esperamos que algún día se pueda dictar una Ley
de Ajuste Mexicana, Centroamericana, Africana, etc., para que
exista libertad de movimiento migratorio. Cada cubano que llega
ilegalmente a Estados Unidos es recibido como un héroe.
De esa forma, han estimulado la salida ilegal presentándola
como una derrota del socialismo”.
¿Cómo enfrentará Cuba un eventual incremento
de la hostilidad de la administración Bush?
“Lo enfrentaremos con honor, dignidad y defendiendo nuestras
posiciones. Intensificando nuestro trabajo de unidad interna,
siendo más eficientes, produciendo más y mejor;
ampliando nuestras relaciones internacionales. Cuba tiene actualmente
vínculos con más de 170 países y comercio
con más de cien. Hay más de 400 empresas mixtas
en la isla. En la medida que se amplían nuestras relaciones
políticas y diplomáticas, el intercambio comercial
se multiplica y diversifica. En los últimos años,
se ha incrementado el turismo, crecido la producción petrolera,
no al ritmo que quisiéramos y necesitamos, pero su aumento
es sostenido. También se ha desarrollado la producción
de níquel y de la industria farmacéutica, además
de otras ramas. Que no quede duda: resistiremos y defenderemos
nuestros principios políticos”.
INVASION A IRAQ
Y FUTURO DE LA ONU
¿Cuál es la posición del gobierno cubano
frente a la invasión anglo-norteamericana a Iraq y qué
efectos tendrá este hecho para el mundo?
“Se trata de una guerra condenable, una agresión
injusta, inmoral, ilegal e innecesaria. Esta guerra lejos de solucionar
el problema del terrorismo, lo va a incentivar, porque generará
reacciones en mucha gente. Consideramos que era necesario darle
una oportunidad a Naciones Unidas, porque Iraq no constituía
ninguna amenaza real para Estados Unidos. Lamentablemente, miles
de iraquíes, entre ellos gran cantidad de niños,
han sido asesinados. Hoy debemos luchar para que el pueblo iraquí,
que cuenta con grandes recursos, reconstruya su país y
se dé el sistema político que estime conveniente.
Es importante salvar a las Naciones Unidas, el multilateralismo”.
¿Cómo visualiza el futuro de Naciones Unidas?
“Lo primero, es salvar este organismo y luego replantear
su modernización. Pensamos que la máxima autoridad
de Naciones Unidas debe ser la Asamblea General, presidida por
los jefes de estado, cancilleres o autoridades de primer nivel
de los países. Debe existir un Consejo de Seguridad ampliado,
donde estén presentes la India, Brasil y otras naciones.
Debería desaparecer el derecho a veto. En el caso de Cuba,
por más de diez años consecutivos se ha votado el
cese del bloqueo y las agresiones económicas de Estados
Unidos a Cuba. 173 países votaron contra el bloqueo y sólo
dos lo han apoyado: Estados Unidos e Israel”.
¿Cómo califica la situación de derechos humanos
en su país?
“Los cubanos estamos orgullosos por todo lo que hemos hecho
por los derechos humanos. Incluso, podríamos discutir qué
pueblo ha hecho más por la calidad de vida de su pueblo,
por su salud, educación y seguridad; por la solidaridad
internacional, la justicia social, la igualdad y por la reducción
de la mortalidad infantil. Son cientos de miles los cubanos que
existen gracias a la revolución. Sin ella, hubieran muerto
antes de culminar su infancia. Estos son derechos humanos totales,
no selectivos. En muchos de los países que apoyan las sanciones,
miles de niños no tienen qué comer, duermen en la
calle y no pueden acceder a salud ni a educación, mientras
unos pocos acumulan la riqueza”.
EL FUTURO DE CUBA
Después de la caída de la Unión Soviética
y del campo socialista, Cuba enfrentó una situación
difícil, que incluso llevó a algunos agoreros a
anunciar el fin de la revolución. ¿Cómo lograron
enfrentar y superar ese difícil momento? ¿Cuáles
han sido los logros más relevantes, en términos
políticos, económicos y sociales estos últimos
años?
“Hay mucha gente en el mundo, incluso algunos amigos de
Cuba, que no se explican cómo la revolución existe
después de estos trece años tan duros. Para tener
una idea de la crisis, hay que decir que el Producto Interno Bruto
cayó 35 por ciento, entre 1989 y 1993. Una situación
así, con gran sufrimiento para el pueblo, por la escasez
y enormes dificultades, no la resiste cualquiera. Es un país
que, de un día para otro, amaneció sin comercio
exterior, sin fuentes de abastecimiento, sin importaciones posibles.
De ocho mil millones de dólares por concepto de importaciones
anuales, bajamos a 2.500 millones. Enfrentar y superar una crisis
de esa profundidad, sólo es posible con un pueblo unido,
cohesionado, consciente políticamente, muy comprometido
con su revolución.
A partir de 1994, iniciamos un proceso de recuperación
con un crecimiento sostenido de alrededor de cuatro por ciento
promedio; se reestructuraron las principales ramas económicas,
priorizando algunas como el turismo, la industria petrolera, el
níquel, la pesca, la industria farmacéutica, reduciendo
el papel de la industria azucarera. También modernizamos
la gestión económica, descentralizando la economía,
dándole más responsabilidades, más autonomía
e independencia a nuestras empresas, otorgándoles, incluso,
facultades de comercio exterior.
Creo que nuestro mayor logro es que nadie quedó desprotegido.
Hubo que cerrar muchos centros de trabajo, pero ningún
trabajador quedó desamparado. En plena crisis, no cerramos
ni una sola escuela ni un solo círculo infantil, ningún
hospital ni policlínico. Los abastecimientos básicos
de la población fueron garantizados a precio subsidiado.
Se garantizó salud y educación gratuitas para todos.
Esa ha sido una de las grandes realizaciones de la revolución:
la justicia social, la equidad, la igualdad. Hemos distribuido
entre todos la riqueza disponible y eso ha profundizado el prestigio
y legitimidad de los dirigentes de la revolución, a todos
los niveles. La cohesión interna, la unidad, el prestigio
de la revolución y de sus dirigentes y la preservación
de los principales logros del proceso, es nuestra victoria fundamental”.
En ese contexto, ¿cuáles son los desafíos
y tareas pendientes de la revolución?
“Lo principal es profundizar la unidad interna. Nuestra
fuerza depende del apoyo de cada cubano a nuestro proyecto social.
Tenemos conciencia que no somos perfectos. Entre nosotros somos
muy críticos, porque hay una lucha por perfeccionar nuestro
proyecto político y sistema social. Tenemos que seguir
mejorando la economía para beneficiar a nuestro pueblo.
Las nuevas generaciones están llevando a cabo lo que denominamos
‘batalla de ideas’, que consiste en una profundización
de conceptos y principios y su aplicación a múltiples
tareas de orden social para perfeccionar el socialismo, fundamentalmente
con respecto a la educación. En este ámbito, un
desafío es lograr que toda escuela, desde pre-escolar,
tenga computadores, televisión, video, con programas especiales.
Aspiramos a que ningún aula tenga más de quince
alumnos y a perfeccionar la calidad de los maestros. En salud,
se están desarrollando transformaciones para optimizar
el sistema, llegar a cada ciudadano y no manejar sólo estadísticas.
Conocer, con nombres y apellidos a los ciudadanos en desventaja
social o discapacitados, estudiar las causas y combatirlas. Estamos
librando una batalla de orden ético, moral y político-ideológico,
orientada a perfeccionar la sociedad. Por ejemplo, hemos bajado
el desempleo a menos de 3%, porque partimos de la base que ningún
ser humano sobra en nuestra sociedad”.
Hay quienes piensan que cuando Fidel Castro muera, la revolución
llegará a su fin. ¿Cuál es su opinión?
“En Cuba existen instituciones: la Asamblea Nacional del
Poder Popular, el Consejo de Estado, con un vicepresidente como
el compañero Raúl Castro y otros cinco vicepresidentes.
Son instituciones que nos hemos dado, y que tienen la responsabilidad
de adoptar las decisiones que corresponda. Cuando fatalmente Fidel
no esté, los cubanos demostraremos la continuidad histórica
de nuestra revolución. Seguiremos unidos y cohesionados
en torno al partido, junto al dirigente que elijan las instituciones
para suceder a Fidel. Incluso él mismo planteó en
una de sus intervenciones que estaría mientras el pueblo
lo quisiera y la Asamblea Nacional se lo exigiera. Señaló
que no estará un minuto más, cuando se considere
que ya no esté en condiciones de aportar. Aseguró
que cuando llegue ese momento, sabrá adoptar la decisión
que le corresponde.
En todo caso, a los cubanos no nos gusta hablar mucho de esto,
porque quisiéramos que Fidel fuera eterno. Sabemos que
eso no puede ser, pero esperamos que viva muchos años más”
MANUEL HOLZAPFEL
GOTTSCHALK
Ejecuciones: ¿Quién condena a Estados Unidos?
De acuerdo a informaciones de Amnistía internacional,
en 1999 en EE.UU. se condenó a muerte a más
de 70 ciudadanos extranjeros pertenecientes a 22 nacionalidades
diferentes, de un total de 3.500 presos condenados a la
pena capital. Ese mismo año, se batió un récord
histórico, con 77 ejecuciones.
En 1989, la Corte Suprema de EE.UU. falló que no
era inconstitucional ejecutar a retrasados mentales. A partir
de entonces, se han realizado 30 ejecuciones de personas
con deficiencias psíquicas.
Durante el período en que George W. Bush fue gobernador
de Texas, entre 1995 y 2000, 153 ciudadanos fueron ejecutados.
Bush, a quien llaman “El Texecutor”, batió
récords con 40 ejecutados el 2000, la mayor cifra
para un solo estado en la historia de Estados Unidos. Entre
las formas más comunes de matar se encuentran la
horca, la silla eléctrica y la inyección letal |
Hasta aquí he llegado
Hasta aquí he llegado. Desde ahora en adelante Cuba
seguirá su camino, yo me quedo. Disentir es un derecho
que se encuentra y se encontrará inscrito con tinta
invisible en todas las declaraciones de derechos humanos
pasadas, presentes y futuras. Disentir es un acto irrenunciable
de conciencia. Puede que disentir conduzca a la traición,
pero eso siempre tiene que ser demostrado con pruebas irrefutables.
No creo que se haya actuado sin dejar lugar a dudas en el
juicio reciente de donde salieron condenados a penas desproporcionadas
los cubanos disidentes. Y no se entiende que si hubo conspiración
no haya sido expulsado ya el encargado de la Sección
de Intereses de Estados Unidos en La Habana, la otra parte
de la conspiración.
Ahora llegan los fusilamientos. Secuestrar un barco o un
avión es crimen severamente punible en cualquier
país del mundo, pero no se condena a muerte a los
secuestradores, sobre todo teniendo en cuenta que no hubo
víctimas. Cuba no ha ganado ninguna heroica batalla
fusilando a esos tres hombres, pero sí ha perdido
mi confianza, ha dañado mis esperanzas, ha defraudado
mis ilusiones. Hasta aquí he llegado
JOSE SARAMAGO
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La guerra infinita de Fidel
Con las últimas ejecuciones, Fidel Castro asume
la contrapartida cubana de la guerra infinita de Bush. Sabe
que la isla está en el derrotero de Washington y
que ella, junto con los vietnamitas, es la única
nación que consiguió derrotar a los Estados
Unidos.
El gobierno cubano demostró, por la forma de reaccionar
a las provocaciones del encargado de negocios de los Estados
Unidos en la isla, que hizo una lectura detenida de la nueva
doctrina norteamericana de seguridad aplicada en el caso
de Iraq y reaccionó directamente en función
de esas condiciones, al sancionar de forma tan rápida
y severa a los disidentes internos. Al actuar de esa manera,
Fidel Castro está enviando de vuelta un mensaje a
Washington: si quisieran actuar contra Cuba como lo hicieron
contra Iraq y amenazan hacerlo contra Siria, no encontrarán
dentro del país algo similar al papel desempeñado
por los kurdos o por la Alianza del Norte en la invasión
de Afganistán; tendrán que enfrentar algo
mucho más parecido a Vietnam, que a lo ocurrido en
los países del Medio Oriente. Menos desplantes -como
los de Saddam- y más acción, sería
la respuesta cubana a las nuevas condiciones internacionales
después de la guerra de Iraq.
Hace pocos años, el gobierno cubano también
reaccionó de manera rápida y violenta, frente
a la tentativa de una avioneta de aterrizar en Cuba y lanzar
panfletos con tesis opositoras. Antes, ya había igualmente
enviado el mensaje de que los que quisieran intentar desestabilizar
el gobierno cubano no se quedarían en las cárceles,
como referencia para la campaña internacional contra
Cuba o para nutrir la ilusión de que el régimen
pudiese caer -al estilo de aquellos de Europa Oriental-.
Esos personajes no podrían salir de la prisión
para protagonizar la política posrrevolucionaria.
Desde que se configuró la crisis de la URSS y Cuba
se dio cuenta que no iba a poder contar con la protección
soviética frente a la mayor potencia bélica
de la historia de la humanidad, situada a 90 millas de sus
costas, asumió la actitud que ahora continúa.
En el caso del proceso de militares acusados de complacencia
con el narcotráfico, llevó a la ejecución,
entre otros, al general Arnaldo Ochoa. La postura de Saramago
da la impresión que fuese algo nuevo en el comportamiento
del gobierno cubano. Se puede perfectamente discutir y condenar,
pero no considerar que sea un elemento nuevo, que justifique
un cambio de actitud en relación a Cuba, porque en
ese aspecto el gobierno cubano siempre fue coherente.
Fidel asume la contrapartida cubana de la guerra infinita.
Sabe que está en los guiones del gobierno norteamericano;
Cuba junto a los vietnamitas, son los únicos que
consiguieron imponer derrotas a los Estados Unidos y que
siguen siendo una espina en la garganta de Washington. Al
final, ya pasaron diez presidentes en los Estados Unidos,
así como tantos anuncios del fin del régimen
cubano que ellos saben que falta alguien en el “eje
del mal” de Bush y por eso, se previenen de la forma
que les parece mejor
EMIR SADER
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