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Edición 542
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Las audaces tácticas de la UDI para llegar al gobierno
CUBA ALTIVA
El gobierno chileno, imperturbable, volvió a votar contra Cuba
Jaime Crombet, vicepresidente de la Asamblea Nacional
Cuba enfrenta al Imperio

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La odisea de la masculinidad
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NACE UNA
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Jaime Crombet, vicepresidente de la Asamblea Nacional

Cuba enfrenta al Imperio

Eran las cuatro de la tarde y una muchedumbre deambulaba por el Edificio Diego Portales, esperando el comienzo de una de las sesiones de trabajo de la 108º Asamblea Mundial Interparlamentaria. Espero a Jaime Crombet, vicepresidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba. “Chico, esto de una entrevista a Punto Final me trae recuerdos”, dice. “A fines de los 60, me entrevistó Marta Harnecker para tu revista”. A pesar de su tono alegre se le ve cansado. La delegación cubana tuvo múltiples reuniones para explicar la situación de los opositores presos y las condenas aplicadas por los tribunales cubanos.

Una crítica a los sucesos en Cuba apunta a la rapidez de los procesos judiciales, que han culminado con elevadas penas de presidio. Incluso, se habla de tribunales especiales. ¿Qué hay de cierto?

JAIME Crombet, vicepresidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular (Parlamento) de Cuba.  

“En Cuba no se han creado tribunales ni leyes especiales para juzgar a los contrarrevolucionarios. Estas leyes fueron aprobadas por nuestra Asamblea Nacional para defendernos, en respuesta a la ley Helms-Burton. Tenemos el derecho y el deber de hacerlo. Nuestro pueblo lo exige. Los juicios se han desarrollado en tribunales normales, con abogados defensores y participación de los familiares. Se ha actuado de acuerdo a lo previsto por el procedimiento penal del país”.
Se ha informado que las mayores penas habrían sido para dirigentes del denominado proyecto Varela, ¿en qué consiste ese proyecto y qué actividades desarrollaban estas personas?
“Quien puede explicar mejor en qué consiste el proyecto Varela, es el gobierno norteamericano y la CIA, autores intelectuales del mismo. Ese plan contrarrevolucionario fue presentado a la Asamblea Nacional del Poder Popular y respondido por su Comisión de Asuntos Constitucionales y Jurídicos. En Cuba se realizó un plebiscito que ratificó nuestra Constitución y el carácter irrevocable del socialismo.
Lo que busca el imperialismo con este tipo de proyectos, es imponernos el sistema electoral que a ellos les da la gana. El mismo sistema que está siendo cada vez más cuestionado, porque no se conoce de donde proviene el financiamiento de los partidos políticos y los candidatos. Un modelo electoral que ha provocado grandes conflictos de corrupción, inmoralidad e ilegalidad en Estados Unidos y en muchos países de América Latina, donde los candidatos responden a los intereses de las clases dominantes”.

JAMES CASON
“DIPLOMATICO” O ACTIVISTA

El representante diplomático de Estados Unidos en Cuba, James Cason, ha apoyado a la disidencia facilitando, incluso, la Oficina de Intereses en La Habana para reuniones de éstos. ¿Es efectiva esa información?
“Esa información es cierta. James Cason es un hombre comprometido con la mafia cubana de Miami. No sólo ha prestado la Oficina de Intereses para reuniones de los contrarrevolucionarios. Ha recorrido el país financiando y abasteciendo de materiales de todo tipo a la oposición. Ha desarrollado un trabajo de propaganda para organizarla y estimularla con programas de acción contra Cuba, promoviendo la unificación de esos grupos. Ha formulado declaraciones inaceptables para un diplomático, de un contenido ofensivo y prepotente.
Hemos tenido que enfrentar la permanente ambición norteamericana de convertir Cuba en una neocolonia. Ellos no comprenden que somos especialmente sensibles a la defensa de nuestra soberanía e independencia. José Martí vivió quince años en Estados Unidos y se percató de la política expansionista, de dominio y control del imperio entonces naciente. Por ello, en su testamento político planteó que ‘cuanto he hecho ha sido para evitar que los Estados Unidos se apoderen de Cuba y caiga esa fuerza sobre las Antillas y el resto de las Américas’. En más de 43 años de revolución hemos sufrido miles de acciones de sabotaje y terrorismo, con un saldo superior a 3.500 cubanos muertos y más de dos mil mutilados. A lo anterior, hay que sumar el bloqueo, que ha tenido un costo para Cuba superior a los 70 mil millones de dólares. Ninguno de los países que apoyan al imperio para condenar a Cuba ha levantado su voz para defender los derechos humanos del pueblo cubano, constantemente conculcados por Estados Unidos”.
¿Cuál es el alcance, en términos políticos y de seguridad, que tiene para Cuba el que Bush esté interviniendo tan directamente en la política interna de su país?
“Sin duda, se trata de una amenaza real. Sin embargo, nuestra garantía es nuestra unidad y la decisión de defender la revolución a cualquier precio. Tenemos más de cuatro millones de milicianos con sus armas y otros millones preparados y en condiciones de enfrentar una eventual guerra o invasión. Nuestra fuerza no está en la cantidad de tanques y aviones, sino en la decisión de un pueblo unido de defender su revolución, su sistema político, su socialismo. Los cubanos tenemos derecho a decidir por nosotros mismos, sin que nadie se inmiscuya, el régimen social y político que nos hemos dado. Contamos con gran solidaridad en el mundo, porque mucha gente entiende nuestra lucha. En Chile tenemos grandes amigos, a quienes agradecemos su solidaridad histórica con nuestra revolución”.

DE LAS TORRES GEMELAS
A LA HEGEMONIA MUNDIAL

¿Qué papel han jugado los ataques del 11 de septiembre del 2001 en la profundización de la política agresiva de Estados Unidos, y cómo puede ello perjudicar a Cuba?
“Los actos terroristas de las Torres Gemelas, en Nueva York, y del Pentágono, en Washington, han sido utilizados por la administración Bush para desatar una ofensiva y aplicar una concepción hegemónica de dominio total. La política de la ‘guerra preventiva’ ha sido empleada, en gran medida, por cuestiones de política interna de ese país, para legitimar al actual gobierno y neutralizar a la oposición. El objetivo es aplastar cualquier disidencia a la guerra y concitar apoyo de los norteamericanos en torno a la aventura bélica, a través del manejo y manipulación de la información.
Sin embargo, el incremento de las hostilidades hacia Cuba comenzó con la llegada de George W. Bush, que contó con el apoyo de los cubanos residentes en Estados Unidos. Las negociaciones y acuerdos migratorios se estaban desarrollando con relativa normalidad, con un cierto incremento de las visitas a Cuba de estadounidenses y cubanos residentes en ese país y de ciudadanos cubanos a Estados Unidos. Incluso, se estaba cumpliendo con una cantidad de visas por año, para facilitar las salidas legales de Cuba y evitar la emigración ilegal. Con Bush, esa política cambió y se acrecentó el financiamiento de la contrarrevolución interna. Hoy, los norteamericanos tienen prohibición de viajar a Cuba y a través de la Ley de Ajuste, se garantiza que todo cubano que llegue legal o ilegalmente a Estados Unidos tiene que ser admitido, aunque sea un delincuente que ha secuestrado un avión y asesinado personas para lograr su objetivo. Esperamos que algún día se pueda dictar una Ley de Ajuste Mexicana, Centroamericana, Africana, etc., para que exista libertad de movimiento migratorio. Cada cubano que llega ilegalmente a Estados Unidos es recibido como un héroe. De esa forma, han estimulado la salida ilegal presentándola como una derrota del socialismo”.
¿Cómo enfrentará Cuba un eventual incremento de la hostilidad de la administración Bush?
“Lo enfrentaremos con honor, dignidad y defendiendo nuestras posiciones. Intensificando nuestro trabajo de unidad interna, siendo más eficientes, produciendo más y mejor; ampliando nuestras relaciones internacionales. Cuba tiene actualmente vínculos con más de 170 países y comercio con más de cien. Hay más de 400 empresas mixtas en la isla. En la medida que se amplían nuestras relaciones políticas y diplomáticas, el intercambio comercial se multiplica y diversifica. En los últimos años, se ha incrementado el turismo, crecido la producción petrolera, no al ritmo que quisiéramos y necesitamos, pero su aumento es sostenido. También se ha desarrollado la producción de níquel y de la industria farmacéutica, además de otras ramas. Que no quede duda: resistiremos y defenderemos nuestros principios políticos”.

INVASION A IRAQ
Y FUTURO DE LA ONU

¿Cuál es la posición del gobierno cubano frente a la invasión anglo-norteamericana a Iraq y qué efectos tendrá este hecho para el mundo?
“Se trata de una guerra condenable, una agresión injusta, inmoral, ilegal e innecesaria. Esta guerra lejos de solucionar el problema del terrorismo, lo va a incentivar, porque generará reacciones en mucha gente. Consideramos que era necesario darle una oportunidad a Naciones Unidas, porque Iraq no constituía ninguna amenaza real para Estados Unidos. Lamentablemente, miles de iraquíes, entre ellos gran cantidad de niños, han sido asesinados. Hoy debemos luchar para que el pueblo iraquí, que cuenta con grandes recursos, reconstruya su país y se dé el sistema político que estime conveniente. Es importante salvar a las Naciones Unidas, el multilateralismo”.
¿Cómo visualiza el futuro de Naciones Unidas?
“Lo primero, es salvar este organismo y luego replantear su modernización. Pensamos que la máxima autoridad de Naciones Unidas debe ser la Asamblea General, presidida por los jefes de estado, cancilleres o autoridades de primer nivel de los países. Debe existir un Consejo de Seguridad ampliado, donde estén presentes la India, Brasil y otras naciones. Debería desaparecer el derecho a veto. En el caso de Cuba, por más de diez años consecutivos se ha votado el cese del bloqueo y las agresiones económicas de Estados Unidos a Cuba. 173 países votaron contra el bloqueo y sólo dos lo han apoyado: Estados Unidos e Israel”.
¿Cómo califica la situación de derechos humanos en su país?
“Los cubanos estamos orgullosos por todo lo que hemos hecho por los derechos humanos. Incluso, podríamos discutir qué pueblo ha hecho más por la calidad de vida de su pueblo, por su salud, educación y seguridad; por la solidaridad internacional, la justicia social, la igualdad y por la reducción de la mortalidad infantil. Son cientos de miles los cubanos que existen gracias a la revolución. Sin ella, hubieran muerto antes de culminar su infancia. Estos son derechos humanos totales, no selectivos. En muchos de los países que apoyan las sanciones, miles de niños no tienen qué comer, duermen en la calle y no pueden acceder a salud ni a educación, mientras unos pocos acumulan la riqueza”.

EL FUTURO DE CUBA

Después de la caída de la Unión Soviética y del campo socialista, Cuba enfrentó una situación difícil, que incluso llevó a algunos agoreros a anunciar el fin de la revolución. ¿Cómo lograron enfrentar y superar ese difícil momento? ¿Cuáles han sido los logros más relevantes, en términos políticos, económicos y sociales estos últimos años?
“Hay mucha gente en el mundo, incluso algunos amigos de Cuba, que no se explican cómo la revolución existe después de estos trece años tan duros. Para tener una idea de la crisis, hay que decir que el Producto Interno Bruto cayó 35 por ciento, entre 1989 y 1993. Una situación así, con gran sufrimiento para el pueblo, por la escasez y enormes dificultades, no la resiste cualquiera. Es un país que, de un día para otro, amaneció sin comercio exterior, sin fuentes de abastecimiento, sin importaciones posibles. De ocho mil millones de dólares por concepto de importaciones anuales, bajamos a 2.500 millones. Enfrentar y superar una crisis de esa profundidad, sólo es posible con un pueblo unido, cohesionado, consciente políticamente, muy comprometido con su revolución.
A partir de 1994, iniciamos un proceso de recuperación con un crecimiento sostenido de alrededor de cuatro por ciento promedio; se reestructuraron las principales ramas económicas, priorizando algunas como el turismo, la industria petrolera, el níquel, la pesca, la industria farmacéutica, reduciendo el papel de la industria azucarera. También modernizamos la gestión económica, descentralizando la economía, dándole más responsabilidades, más autonomía e independencia a nuestras empresas, otorgándoles, incluso, facultades de comercio exterior.
Creo que nuestro mayor logro es que nadie quedó desprotegido. Hubo que cerrar muchos centros de trabajo, pero ningún trabajador quedó desamparado. En plena crisis, no cerramos ni una sola escuela ni un solo círculo infantil, ningún hospital ni policlínico. Los abastecimientos básicos de la población fueron garantizados a precio subsidiado. Se garantizó salud y educación gratuitas para todos. Esa ha sido una de las grandes realizaciones de la revolución: la justicia social, la equidad, la igualdad. Hemos distribuido entre todos la riqueza disponible y eso ha profundizado el prestigio y legitimidad de los dirigentes de la revolución, a todos los niveles. La cohesión interna, la unidad, el prestigio de la revolución y de sus dirigentes y la preservación de los principales logros del proceso, es nuestra victoria fundamental”.
En ese contexto, ¿cuáles son los desafíos y tareas pendientes de la revolución?
“Lo principal es profundizar la unidad interna. Nuestra fuerza depende del apoyo de cada cubano a nuestro proyecto social. Tenemos conciencia que no somos perfectos. Entre nosotros somos muy críticos, porque hay una lucha por perfeccionar nuestro proyecto político y sistema social. Tenemos que seguir mejorando la economía para beneficiar a nuestro pueblo. Las nuevas generaciones están llevando a cabo lo que denominamos ‘batalla de ideas’, que consiste en una profundización de conceptos y principios y su aplicación a múltiples tareas de orden social para perfeccionar el socialismo, fundamentalmente con respecto a la educación. En este ámbito, un desafío es lograr que toda escuela, desde pre-escolar, tenga computadores, televisión, video, con programas especiales. Aspiramos a que ningún aula tenga más de quince alumnos y a perfeccionar la calidad de los maestros. En salud, se están desarrollando transformaciones para optimizar el sistema, llegar a cada ciudadano y no manejar sólo estadísticas. Conocer, con nombres y apellidos a los ciudadanos en desventaja social o discapacitados, estudiar las causas y combatirlas. Estamos librando una batalla de orden ético, moral y político-ideológico, orientada a perfeccionar la sociedad. Por ejemplo, hemos bajado el desempleo a menos de 3%, porque partimos de la base que ningún ser humano sobra en nuestra sociedad”.
Hay quienes piensan que cuando Fidel Castro muera, la revolución llegará a su fin. ¿Cuál es su opinión?
“En Cuba existen instituciones: la Asamblea Nacional del Poder Popular, el Consejo de Estado, con un vicepresidente como el compañero Raúl Castro y otros cinco vicepresidentes. Son instituciones que nos hemos dado, y que tienen la responsabilidad de adoptar las decisiones que corresponda. Cuando fatalmente Fidel no esté, los cubanos demostraremos la continuidad histórica de nuestra revolución. Seguiremos unidos y cohesionados en torno al partido, junto al dirigente que elijan las instituciones para suceder a Fidel. Incluso él mismo planteó en una de sus intervenciones que estaría mientras el pueblo lo quisiera y la Asamblea Nacional se lo exigiera. Señaló que no estará un minuto más, cuando se considere que ya no esté en condiciones de aportar. Aseguró que cuando llegue ese momento, sabrá adoptar la decisión que le corresponde.
En todo caso, a los cubanos no nos gusta hablar mucho de esto, porque quisiéramos que Fidel fuera eterno. Sabemos que eso no puede ser, pero esperamos que viva muchos años más”

MANUEL HOLZAPFEL
GOTTSCHALK

Ejecuciones: ¿Quién condena a Estados Unidos?

De acuerdo a informaciones de Amnistía internacional, en 1999 en EE.UU. se condenó a muerte a más de 70 ciudadanos extranjeros pertenecientes a 22 nacionalidades diferentes, de un total de 3.500 presos condenados a la pena capital. Ese mismo año, se batió un récord histórico, con 77 ejecuciones.
En 1989, la Corte Suprema de EE.UU. falló que no era inconstitucional ejecutar a retrasados mentales. A partir de entonces, se han realizado 30 ejecuciones de personas con deficiencias psíquicas.
Durante el período en que George W. Bush fue gobernador de Texas, entre 1995 y 2000, 153 ciudadanos fueron ejecutados. Bush, a quien llaman “El Texecutor”, batió récords con 40 ejecutados el 2000, la mayor cifra para un solo estado en la historia de Estados Unidos. Entre las formas más comunes de matar se encuentran la horca, la silla eléctrica y la inyección letal

 

Hasta aquí he llegado

Hasta aquí he llegado. Desde ahora en adelante Cuba seguirá su camino, yo me quedo. Disentir es un derecho que se encuentra y se encontrará inscrito con tinta invisible en todas las declaraciones de derechos humanos pasadas, presentes y futuras. Disentir es un acto irrenunciable de conciencia. Puede que disentir conduzca a la traición, pero eso siempre tiene que ser demostrado con pruebas irrefutables. No creo que se haya actuado sin dejar lugar a dudas en el juicio reciente de donde salieron condenados a penas desproporcionadas los cubanos disidentes. Y no se entiende que si hubo conspiración no haya sido expulsado ya el encargado de la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana, la otra parte de la conspiración.
Ahora llegan los fusilamientos. Secuestrar un barco o un avión es crimen severamente punible en cualquier país del mundo, pero no se condena a muerte a los secuestradores, sobre todo teniendo en cuenta que no hubo víctimas. Cuba no ha ganado ninguna heroica batalla fusilando a esos tres hombres, pero sí ha perdido mi confianza, ha dañado mis esperanzas, ha defraudado mis ilusiones. Hasta aquí he llegado
JOSE SARAMAGO

 

La guerra infinita de Fidel

Con las últimas ejecuciones, Fidel Castro asume la contrapartida cubana de la guerra infinita de Bush. Sabe que la isla está en el derrotero de Washington y que ella, junto con los vietnamitas, es la única nación que consiguió derrotar a los Estados Unidos.
El gobierno cubano demostró, por la forma de reaccionar a las provocaciones del encargado de negocios de los Estados Unidos en la isla, que hizo una lectura detenida de la nueva doctrina norteamericana de seguridad aplicada en el caso de Iraq y reaccionó directamente en función de esas condiciones, al sancionar de forma tan rápida y severa a los disidentes internos. Al actuar de esa manera, Fidel Castro está enviando de vuelta un mensaje a Washington: si quisieran actuar contra Cuba como lo hicieron contra Iraq y amenazan hacerlo contra Siria, no encontrarán dentro del país algo similar al papel desempeñado por los kurdos o por la Alianza del Norte en la invasión de Afganistán; tendrán que enfrentar algo mucho más parecido a Vietnam, que a lo ocurrido en los países del Medio Oriente. Menos desplantes -como los de Saddam- y más acción, sería la respuesta cubana a las nuevas condiciones internacionales después de la guerra de Iraq.
Hace pocos años, el gobierno cubano también reaccionó de manera rápida y violenta, frente a la tentativa de una avioneta de aterrizar en Cuba y lanzar panfletos con tesis opositoras. Antes, ya había igualmente enviado el mensaje de que los que quisieran intentar desestabilizar el gobierno cubano no se quedarían en las cárceles, como referencia para la campaña internacional contra Cuba o para nutrir la ilusión de que el régimen pudiese caer -al estilo de aquellos de Europa Oriental-. Esos personajes no podrían salir de la prisión para protagonizar la política posrrevolucionaria.
Desde que se configuró la crisis de la URSS y Cuba se dio cuenta que no iba a poder contar con la protección soviética frente a la mayor potencia bélica de la historia de la humanidad, situada a 90 millas de sus costas, asumió la actitud que ahora continúa. En el caso del proceso de militares acusados de complacencia con el narcotráfico, llevó a la ejecución, entre otros, al general Arnaldo Ochoa. La postura de Saramago da la impresión que fuese algo nuevo en el comportamiento del gobierno cubano. Se puede perfectamente discutir y condenar, pero no considerar que sea un elemento nuevo, que justifique un cambio de actitud en relación a Cuba, porque en ese aspecto el gobierno cubano siempre fue coherente.
Fidel asume la contrapartida cubana de la guerra infinita. Sabe que está en los guiones del gobierno norteamericano; Cuba junto a los vietnamitas, son los únicos que consiguieron imponer derrotas a los Estados Unidos y que siguen siendo una espina en la garganta de Washington. Al final, ya pasaron diez presidentes en los Estados Unidos, así como tantos anuncios del fin del régimen cubano que ellos saben que falta alguien en el “eje del mal” de Bush y por eso, se previenen de la forma que les parece mejor


EMIR SADER

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