¿Cuánto vale la palabra de un ministro?
HERALDO
Muñoz, ex ministro secretario general de Gobierno.
Tanto el anterior ministro secretario general de Gobierno, Heraldo
Muñoz, ahora embajador en Naciones Unidas, como el actual,
Francisco Vidal, han asegurado a los medios de prensa independientes
que el gobierno tiene la voluntad de distribuir en forma equitativa
la publicidad estatal, que hasta ahora fluye por completo a las
arcas de los consorcios El Mercurio y Copesa, voceros de la derecha
económica y política.
Más aún, Heraldo Muñoz aseguró en
una reunión con representantes de los medios independientes,
efectuada en La Moneda, que el presidente Ricardo Lagos había
impartido una orden para materializar esa política, consciente
que el Estado tiene el deber de velar por el pluralismo informativo
para fortalecer el sistema democrático.
Por su parte el ministro Francisco Vidal, en contactos por separado
con directores de medios independientes, confirmó que esa
orden presidencial existe y que es parte de una política
de gobierno en esta materia.
Sin embargo, han pasado los meses y la situación se mantiene
sin modificación. La publicidad estatal continúa
financiando al duopolio El Mercurio-Copesa mientras a los medios
independientes se les niega acceso a recursos que podrían
garantizar un pluralismo informativo que en Chile está
cada vez más debilidado y en vías de desaparecer.

FRANCISCO Vidal, actual ministro secretario general de Gobierno.
Desde luego, cabe la posibilidad que tanto Heraldo Muñoz
como Francisco Vidal hayan dicho la verdad, y que el gobierno
tenga el propósito de corregir una situación que
no sólo es injusta sino, sobre todo, antidemocrática.
Sin embargo, ese propósito -de existir- no ha superado
la vaguedad de palabras y promesas que se ha llevado el viento.
La situación de la prensa independiente es cada vez más
difícil y su derecho a la publicidad estatal -que podría
estimular el pluralismo y vigorizar la democracia- en la práctica
es desconocido por los burócratas que tienen la responsabilidad
de ejecutar las presuntas instrucciones del presidente de la República.
O también puede ser -quizás, por qué no-
que todo esto sea una colosal mentira y que al presidente Lagos
ni siquiera se le haya ocurrido que el pluralismo es esencial
para la democracia. Ya sea así o asá, es hora que
los medios independientes nos unamos para poner en marcha -entre
todos- una campaña para reclamar nuestro derecho a participar
de la publicidad del Estado. El tema debe ser colocado con fuerza
en el debate público. La defensa del pluralismo informativo
tiene que integrarse a las demandas ciudadanas por una democracia
real para Chile. Es un asunto fundamental
PF